Bajo el sello de editorial Independiente, 30 narradores, poetas, artistas, académicos, periodistas y gestores culturales siguen los pasos de la pandemia en la esfera pública y en la intimidad. El compilador de este proyecto es el escritor mazatleco Samuel Parra.
En voz de sus organizadores, “A través del espejo” son escenas del aislamiento obligatorio, el aprendizaje de un nuevo léxico, vivencias de la cuarentena y postales del coronavirus en otros países, junto con fantasías verosímiles: es la realidad de un grupo de escritores entorno al Covid-19.
¿Por qué a través del espejo?
El mundo mágico que creó Lewis Carroll, inspiración de Parra para esta antología, propone historias llenas de las constantes preguntas del Yo.
Al utilizar el juego de ajedrez como el principio rector de la narrativa, Carroll sugiere que una fuerza mayor guía a las personas a lo largo de la vida y que todos los eventos están predeterminados, comentó el escritor.
“En este concepto determinista de la vida, el libre albedrío es una ilusión y las elecciones individuales están sujetas a reglas rígidamente determinadas y guiadas por una fuerza dominante e invisible. Esa fuerza es la realidad y nosotros determinamos cómo la vivimos”.
Escritores que participan
Elmer Mendoza (Sinaloa-MX)
Juan José Rodríguez (Sinaloa-MX)
Jorge F. Hernández (España)
Max Haro Díaz (Perú)
Slavi Avik (Rusia)
Mónica Maristain (Argentina)
Rafael Grillo (Cuba)
Nadia López García (Oaxaca)
Agustín Cadena (MX)
Luis Guillermo Hernández (MX)
Annais Abreu (MX)
Mónica Rojas (Suiza)
Alfonso Díaz de la Cruz (España)
Luis Esteban Torres (Colombia)
Elizabeth Estolano (México)
Olga María Enciso Pérez (México)
Karina Castillo (México)
Sergio Lizárraga (México)
¿Qué temas abordan los autores?
Qué pasa con las relaciones afectivas en el confinamiento? ¿Cómo habitamos los espacios que en la diaria no miramos? ¿Qué sucede con los fenómenos naturales y las conductas de los animales? ¿Cómo sucede la economía de la quietud? La intimidad en su vínculo con el Estado.
El rol del Estado ante la crisis de la pandemia del COVID-19. ¿Qué pasa con las violencias machistas en el encierro? ¿Cómo volvemos a la vida pedestre luego de esta experiencia global que nos ha bañado a todos?” Esta compilación de interrogantes iluminan los textos producidos en días de encierro preventivo.
¿Por qué una antología del Covid?
Esto es un juego de baseball, literal, hay casa llena, tres bolas y cero strickes; están los mejores escritores de México que apoyan este proyecto, dijo Parra. Su preocupación no es la venta de este material literario porque será gratuito, sin fines de lucro y estará disponible el 5 de octubre a través de la plataforma Sildeshare.
“Tengo presente a mi familia cuando estoy encarcelado. Ellos fueron mi primera prisión. Y, como en muchas prisiones, estimularon la imaginación. La misma que puede llegar a salvarte en un momento de pandemia gracias a la literatura, a soltar la mano”, explicó.
“Nos parece interesante dejar un registro, una marca de época, y concentrar estas conversaciones para que este coro polifónico cobre un espesor y pueda circular más allá de la intimidad”.
La influencia del Estado y de las políticas públicas también es objeto de atención de los autores, agregó.
¿Qué nos enseñó La Peste, de Albert Camus?
Antes de sacudirse los temores por el Covid-19, hay un antecedente que el escritor francés Albert Camus dejó en su obra La Peste.
Parra comenta que las peores epidemias no son biológicas, sino morales. En las situaciones de crisis, sale a luz lo peor de la sociedad: insolidaridad, egoísmo, inmadurez, irracionalidad. Pero también emerge lo mejor. Siempre hay justos que sacrifican su bienestar para cuidar a los demás. Publicada en 1947, La peste intenta ser una respuesta al dolor desatado por la Segunda Guerra Mundial.
Camus describe en La peste su tiempo y su tierra natal, pero su novela trasciende su marco temporal y geográfico, adquiriendo el rango de metáfora universal. Sus reflexiones resultan particularmente esclarecedoras en estos días.
Camus señala que la irrupción de una epidemia letal nos hace meditar sobre el tiempo. Normalmente, no percibimos su espesor, el abanico de posibilidades que contiene cada minuto.
“Solo hay una forma de comprender su carga fructífera: sentirlo en toda su lentitud. Esa experiencia se hará asequible para todos con la peste, pero la incertidumbre y el miedo transformarán la lentitud en parálisis, estancamiento. El tiempo no se adapta a nosotros. Somos nosotros los que debemos aprender a experimentarlo en toda su plenitud”.
Redacción
