Diego Ríos
El presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró esta mañana que existe “libertad absoluta para los medios” de comunicación, y que no “hay censura”. Realidades que no comparten en sus textos y tuits periodistas y algunos autodefinidos intelectuales como Héctor Aguilar Camín, director de la revista Nexos, y Enrique Krauze, director de la revista Letras Libres.
López Obrador recordó que Héctor Aguilar Camín lo llamó “pendejo” en una conversación virtual con sus excompañeros de colegio:
“Los intelectuales orgánicos, lo que expresó Aguilar Camín de mi persona, me insulta; lo lamento mucho, pero es el bendito coraje. ¿Por qué? Bueno, pues Aguilar Camín literalmente se sube al tren de Salinas. Salinas comienza su campaña en un tren y ahí va Aguilar Camín desde entonces, y lo mismo Krauze. Es una intelectualidad a modo”, señaló el Presidente.
La Secretaría de la Función Pública (SPF), encargada de investigar la malversación de recursos del Estado, sancionó el pasado 20 de agosto a la revista Nexos porque “proporcionó información falsa para lograr un contrato por adjudicación directa en una campaña institucional del Seguro Social”. Medida acompañada por una inhabilitación de dos años para realizar contratos con la Administración Pública federal y una multa de 999 mil pesos.
Ante éste hecho, Aguilar Camín atribuyó la sanción de la SPF a su revista Nexos como un “síntoma de la dériva autoritaria de este gobierno contra los medios que no le gustan”. Diversos comunicadores y académicos arroparon esta versión en redes sociales como Sergio Sarmiento, Guillermo Sheridan, Javier Aparicio, Leo Zukermann, Agustín Basave y José Narro Robles.
En su conferencia matutina, el Presidente dijo que a pesar de que existen aquellos que ejercen la crítica de manera responsable, son en la práctica muy pocos: “El académico, el intelectual, en situaciones de transformación busca mantenerse al margen con el argumento de que son independientes, cuando yo considero que en un momento de transformación todos debemos de ayudar, más los intelectuales y la gente de la academia.
En la Revolución se quedaron muchísimos intelectuales, los que venían con Porfirio Díaz se quedaron con Huerta, aplaudiéndole a Huerta. Los que participaron en la Revolución no fueron muchos, tan es así que Madero padece de ataques de prensa como nadie, como nadie, y van creando un ambiente enrarecido para que lo traicionen y lo asesinen los militares. Y con Huerta participan los intelectuales”, relató.
Según el mandatario, en los diarios nacionales existen no más de cinco columnistas que están a favor de la trasformación “y eso con objetividad y con profesionalismo, no rastreros. Lorenzo Meyer, eso sí muy buenos. Jorge Zepeda Patterson en El País también objetivo. Pedro Miguel en La Jornada” y recriminó “que hasta eso, en La Jornada son muy pocos los que apoyan”.
López Obrador reiteró el apoyo al Movimiento de Transformación de los moneros de La Jornada, Milenio y El Universal. De intelectuales como Elena Poniatowska y del difunto Fernando del Paso. Y del actor Damián Alcázar de quien se dijo admirador “porque no anda así con medias tintas. Porque hasta los famosos supuestamente progresistas y muy vinculados a la gente, guardan silencio”, señaló.
Ya entrada la tarde, ninguno de los mencionados por el Presidente se dio por aludido, no así políticos que aprovecharon el comentario de López Obrador para refrendar sus vínculos con los antedichos, tal es el caso de Jesús Zambrano, perredista que en pasados días se hizo de la presidencia nacional de los escombros del PRD, y de quien se recuerda su firma en el «Pacto por México» con el que se entregó la industria energética del país a manos de los empresarios extranjeros.
En la edición de septiembre, la revista Zócalo entrevistamos al periodista y ex consejero electoral Eduardo R. Huchim, quien considera que el presidente López Obrador “está siendo sometido más que a la crítica, a la denostación y a la inconformidad con todo, particularmente de periodistas que anteriormente eran dúctiles ante el poder”, de los cuales eran subvencionados y mantenían una relación de complicidad con los gobernantes. Hoy dichos comunicadores que perdieron dadivas “difunden la versión de que existe un gobierno autoritario”.
