A una semana del plebiscito chileno por aprobar o rechazar la propuesta de carta magna, redactada por la Convención Constitucional, el fenómeno de las llamadas fake news se ha apoderado de la discusión entre los chilenos, poniendo en riesgo la aprobación a la misma.
Algunos ejemplos de esta desinformación que ha circulado son respecto a la prohibición de la propiedad privada, a permitir abortos hasta los nueve meses, así como que presos y migrantes recién llegados votarían en el plebiscito.
En 2020, luego de una serie de movilizaciones sociales y protestas contra la desigualdad, casi un 80 por ciento de chilenos votó por redactar una nueva constitución, sin embargo, la desinformación ha tomado un papel protagonista desde entonces.
A inicios de este año, la organización Derechos Digitales y la encuestadora Datavoz publicaron un estudio que, entre otros puntos, reveló que un 58 por ciento de los ciudadanos chilenos admitió haber consumido fake news, que 6 de cada 20 personas aceptaron haberlas compartido, y que las redes sociales son en un 66 por ciento el mayor medio de información.
Por su parte, Paulina Valenzuela, estadística y socia gerente de la encuestadora Datavoz, dijo que la mayor parte de la información errónea durante el último año se centró en quienes estaban redactando el documento; una vez que éste se terminó, las fake news se fueron contra el mismo, que, de hecho, señaló que “más que falsas, son medias verdades”.
El profesor del Departamento de Informática de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Marcelo Mendoza, quien ha estudiado durante años la propagación de la desinformación, explicó que las fake news viajan tres veces más rápido en Twitter que las noticias de los medios acreditados.
Asimismo, Meta, de Facebook, aseguró que ha trabajado activamente con el gobierno chileno para ayudar a detener la propagación de información falsa que surge antes de las elecciones.
La Propuesta de Constitución Política de la República de Chile 2022, escrita por la Convención Constitucional —órgano conformado por un 50 por ciento de mujeres, representantes de pueblos indígenas y candidatos independientes—, se encuentra disponible en las calles chilenas, en su versión en línea y en formatos multimedia como podcast. Se centra en los derechos sociales, en el medio ambiente y representa un cambio radical en comparación con la actual Constitución, vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet.
