Resaltar las riquezas culturales, históricas y gastronómicas de Tenancingo en el marco de su fundación, que fue el 8 de abril de 1825, permite a la población una mirada y, también, una invitación a conocer de cerca la esencia del lugar.
Considerado uno de los principales atractivos turísticos y culturales del Estado de México, la entidad celebra sus primeros 196 años de tradición; en primer lugar, por su artesanal creación de rebozos, también por ofrecer el delicioso obispo y ser sede de una de las batallas ganadas por José María Morelos rumbo a la Independencia de México.
Tenancingo tiene historia en la creación de textiles, siendo el rebozo una de las piezas más sobresalientes, elaborada por manos de artesanas y artesanos que en cada prenda dejan un pedacito de identidad, historia y amor.
Con grandes diseños, muchos colores y sobre todo una calidad única, cada
rebozo es una evidencia del arte popular y lo hay también de luto, aquel que guarda un peculiar aroma a hierbas que perdura, tal como el sentimiento de perder a un ser querido.
Uno de los atractivos turísticos más importantes es el Parque estatal turístico y recreativo «Hermenegildo Galeana», que se encuentra a 30 minutos de la cabecera municipal y cuenta con una variada muestra de flora y fauna, vistas panorámicas, barrancas y una tranquilidad que invita al esparcimiento físico y mental.
Quien así lo desee, puede visitar el Parque Nacional Desierto del Carmen, llamado así por ser un lugar de retiro, ya que alberga las instalaciones del Convento del Carmen, construido por la orden de los Carmelitas Descalzos en el siglo XVIII.
Es considerado como patrimonio cultural, histórico y religioso en la entidad, además de que fue declarado Parque Nacional el 10 de octubre de 1942.
