Con “El camino del fuego”, Celia del Palacio despierta la sensibilidad femenina prehispánica nacional
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Con “El camino del fuego”, Celia del Palacio despierta la sensibilidad femenina prehispánica nacional

Diego Ríos

En su más reciente novela, “El camino del fuego”, la historiadora Celia del Palacio relata el viaje de Xtaaku, una joven sacerdotisa totonaca que para de liberar a su pueblo del yugo mexica, acompaña al ejército de Hernán Cortés en su camino a Tenochtitlán. Fiel a su sello particular, la autora de esta obra nos relata las vivencias de una mujer, y de la mano de sus andanzas, establece que la historia también puede contarse desde la perspectiva femenina. Con esta obra lo logra de nuevo Celia del Palacio, una de las voces más exitosas dentro de la narrativa histórica mexicana, y feminista.

– Su obra se basa particularmente en historias de mujeres, ¿a qué se debe esta condición feminista de su literatura?

– Hay que resaltar los hechos de las mujeres sobre todo en la historia que es donde yo me he desarrollado. Lo siento como una obligación en cuanto a que los hechos de las mujeres han sido invisibilizados en general. En los libros de historia no encontramos más que una o dos mujeres por ahí, y es necesario para las mujeres de hoy saber que no estamos solas, que hubo muchas otras mujeres atrás de nosotros que hicieron cosas importantes, pero que no se les ha tomado en cuenta porque la historia en general fue escrita por hombres, y ellos nunca pensaron que los hechos de mujeres fueran algo importante y fueron dejadas a un lado. Por fortuna esto ha cambiado, hay muchas historiadoras profesionales que se han avocado a buscar los hechos y hacer otro tipo de preguntas a la historia para poder sacar a la luz lo que han hecho las mujeres. Tal vez no declararon la guerra, o firmaron tratados de paz, y quizá no en todas las ocasiones iban adelante de los ejércitos, pero sí estuvieron presentes en todos los episodios de nuestro pasado y sus hechos fueron fundamentales para la historia.

– ¿De qué trata El camino del fuego?

– Trata sobre una sacerdotisa totonaca que acompaña la ruta de Hernán Cortés y nos muestra desde su punto de vista cómo es la llegada de los europeos, cómo la vive su pueblo, el pueblo totonaco, que generalmente no se menciona en estas historias de La Conquista, solamente se menciona por ahí al cacique de Zempoala, se le ha considerado como a otros, como a los tlaxcaltecas, traidores por haber acompañado a Cortés.

Esta mujer sacerdotisa describe sus prácticas, su mundo, su cosmovisión para que podamos entender porque este pueblo toma la decisión de marchar con Cortés rumbo a Tenochtitlan. Después, ella intenta explicar de qué manera algunos de sus elementos de su religión, de sus dioses puedan ser compatibles o parecidos a todo aquello que los europeos vienen a explicarles y ella quiere sacar una lógica de todo esto. Esta mujer describe la crisis que viven los pueblos originarios a la llegada de los europeos, y cómo el mundo tal y cómo lo conocieron ya no volverá a ser el mismo. Entonces, este momento de profunda incertidumbre, de profunda crisis es lo que se muestra en esta novela.

Yo quise dar voz a esta mujer porque además son pocas las mujeres prehispánicas que se han tratado en novela. Existe sobre todo Malinche que es la más tratada, y las más mal tratada, vilipendiada por la historia tradicional y romantizada por algunas novelas.

– ¿Podemos considerar que El camino del fuego es una novela histórica?

– Claro, es una novela histórica, y de alguna manera yo la considero una especie de crónica de indias, pero escrita y contada por una mujer, y también es una novela de viaje puesto que cuenta todo el trayecto de la ruta de Cortés desde Veracruz hasta Tenochtitlan, y una vez que ella regresa a su pueblo.

Celia del Palacio.

– ¿A quién recomendaría Celia del Palacio leer El camino del fuego?

– Yo creo que cualquier persona en lo general puede despertarle curiosidad esta novela, pero en particular me gustaría que las mujeres pudieran leerla y acercarse a esta sensibilidad femenina prehispánica que nos es tan ajena como si fuera de otro país. Pero que sí nos podemos identificar con este sentimiento, con esta emoción que esta mujer muestra sobre esta incertidumbre en un mundo que se acaba, que yo creo que mucho se parece a lo que estamos viviendo actualmente donde ya no nos sirven las certezas del pasado para enfrentar el futuro. Ojalá que se acerquen a esta historia para que dejen atrás esas versiones de blanco y negro de conquistadores y conquistados, los indios y los españoles pues todo esto es más complejo y mucho más interesante que esa versión acartonada que no nos lleva a ninguna parte.

9 de enero de 2021