Cumpleaños 21 de la revista Zócalo
Comunicación

Cumpleaños 21 de la revista Zócalo

Alejandrina Ponce Avilés

Escribir en Zócalo durante estos años ha sido un ejercicio de reflexión. Pero sobre todo un acto de gratitud hacia Carlos Padilla, quien resguarda la pluralidad y la calidad de su espacio. No es un secreto que durante todo el autoritarismo priista y la alternancia panista, sólo dos revistas hegemónicas dialogaron con el poder. Sus columnistas monopolizaron el debate y toda posibilidad de ser publicable eligiendo contenidos y autores que se sujetaban a los cánones sugeridos por el régimen.

 En tan desequilibrado escenario Zócalo le apostó a la crítica y a la especialización de contenidos en los medios, la cultura y la política. Siempre desde una visión comunitaria. En este espacio no caben los sectarismos, ni sólo los méritos tecnocráticos, ni los apellidos, tampoco las herencias culturales que se dan en los universos intelectuales.

Aprendí en Zócalo que, las reflexiones se imponen por su necesidad, por su fuerza. A pesar de la buena planeación en los contenidos, ha existido siempre cabida a una reseña, a un obituario de último momento. Esa flexibilidad aplica en sus criterios y temas sin que, por ello, se descuide su calidad y rigor.

 Estos 21 años de existencia de la revista además de ser un esfuerzo conjunto representan también una rendición de cuentas de las transformaciones del país y del mundo. La forma cómo sus colaboradores abordan la realidad, analizándola en sus momentos y temas la distinguen. No son una camarilla privilegiada de esnobs por el contrario, vienen de distintas procedencias razón por la cual denuncian viejas prácticas del pasado sistema.

 El quehacer de Zócalo es el bien común, sus temáticas son entre otras, la revisión de la ley en la materia; crónicas sobre la desaparición de un tipo de periodismo; el acontecer ético de su ejercicio; agresiones a comunicadores, las excepciones y las normas del periodismo mexicano; la evolución técnica en las comunicaciones. Hay también reseñas sobre libros, tesis, en su caso entrevistas, y ensayos sin pretensión de ser excepcionales. Por ello, por poco convencional, Zócalo es mi trinchera favorita.

 En el contexto actual saludo estos años de ejercicio periodístico con la misma alegría con la que se lee un poema de amor. Extiendo mis mejores deseos a todo el equipo de producción, reconociendo el enorme esfuerzo que hay detrás de cada número. Ahora que oficialmente estamos por la descolonización del pensamiento, me alegra saber que hay tinta por correr con la voluntad y el gusto de informar puntualmente. Enhorabuena para Zócalo.     

30 de septiembre de 2021