Derechos de las audiencias
Periodismo

Derechos de las audiencias

Ana Cecilia Terrazas*

El pasado lunes 29 de agosto, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó por unanimidad invalidar el decreto de la llamada contrarreforma de 2017, misma que afectaba el texto original de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, expedida en 2014.

Vale la pena hacer memoria. Los Lineamientos derivados de ese texto original de la LFTR —perfectibles como eran—, por primera vez en la historia de los medios de comunicación en México, enunciaban temas fundamentales para la democracia que aspira a tener algo de contrapesos, balances, equilibrios y un espíritu incluyente de quienes no ostentan el poder (llámense empresas, bancos, instituciones religiosas, poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial, partidos, sindicatos, grupos de choque o, medios de comunicación).

Sin entrar en detalles o entresijos leguleyos, hay que recordar que en esta batalla judicial de la que damos cuenta con la determinación de la SCJN, son dos las partes más visibles o en pugna: por un lado, la industria de la radio y la televisión comercial congregadas en una cámara y que históricamente persuade o tiene de su lado a algunos legisladores; por el otro, los intereses de las audiencias representados por teóricos, críticos, abogados y por las defensorías de las audiencias integradas en la Asociación Mexicana de Defensorías de las Audiencias (AMDA), y que con el paso del tiempo en décadas recientes, también han tenido de su lado a algunos legisladores1.

La determinación reciente de la SCJN ha sido mal entendida y arrojada a columnas y comentarios editoriales confusos por diversas razones: porque se trata de un proceso poco accesible para no iniciados; porque detrás de esta pugna se encuentran intereses (políticos, de negocio, de poder o relaciones públicas) para que no haya la menor cortapisa al trabajo de las estaciones radiodifundidas y porque cuando en un país como éste, se dice o se rumora que se amenaza la libertad de expresión, que tanto trabajo costó y cuesta defender, las personas presuntamente afectadas saltan de inmediato en su defensa sin que a veces siquiera investiguen de fondo si el hecho es cierto o no.

Por lo pronto, la posible buena noticia que habría que esperar se concrete (porque todo siempre puede cambiar cuando de lucha de poderes se trata), es que la determinación de la SCJN permita la posibilidad de regresar al texto original de la LFTR, tal como estaba en 2014 antes de las reformas de 2017, y con ello se abra la puerta también a que los Lineamientos de 2016, expedidos por el entonces más autónomo y fuerte Instituto Federal de Telecomunicaciones, cobren vigencia.

No acaba de ser totalmente claro qué ocurrirá con los Lineamientos, con la disputa en términos de ley. Lo cierto es que la determinación de agosto de la SCJN no tendría por qué afectar la libertad de expresión de las y los informadores y pareciera que, en cambio, sí recoloca sobre la mesa del deber ser, la libertad de expresión de las audiencias.

Esto último nunca gusta a concesionarios, así que es posible que se movilicen las fuerzas y cabildeos con columnistas, legisladoras y legisladores afines para tratar de frenar (y seguir empañando o que realmente son) los derechos de las audiencias.

El reciente comunicado colectivo del Centro de Litigio Estratégico para la Defensa de los Derechos Humanos; la AMDA; la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI); Observatel y el Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC), dice, en su conclusión, con esperanza:

…Esta sentencia es una victoria para las audiencias. Reconocemos a la SCJ por esta decisión que fortalece los derechos humanos, la libertad de expresión y el derecho a la información y exhortamos al IFT para que reasuma sus facultades constitucionales en este ámbito…

El problema mayúsculo para la comprensión y discusión abierta del tema, para poder ver con claridad lo obvio, se llama contexto. En medio de una campaña en contra de toda crítica al poder y al periodismo crítico, nada puede entenderse ni leerse adecuadamente, de manera sencilla, unívoca o siquiera sostenerse por su aparente evidencia2.

Hace ya dos años que, para poder entrar al tema de manera sencilla, se emprendió de la mano de colegas una Introducción a los derechos de las audiencias y a sus defensorías en México. El resultado fue un texto derivado de la serie radiofónica del mismo nombre, transmitida en vivo, de agosto a diciembre de 2020, a través de las emisoras de Radio Educación y radios asociadas.

La producción radiofónica, a manera de serie capitular, primera elaborada también como curso introductorio, se puede aún descargar bajo demanda en el micrositio de la Defensoría de las Audiencias de Radio Educación3. A quien comenta cada uno de los nueve capítulos a los que convoca dicha defensoría, la Cátedra UNESCO en Comunicación y Sociedad; el Instituto de Investigación y Estudios en Cultura de Derechos Humanos, CULTURA DH; la Asociación Mexicana de Defensorías de las Audiencias, AMDA y la Asociación Mundial de Radios Comunitarias capítulo México, AMARC, se le envía por correo una Constancia digital de escucha avalada por todas estas organizaciones.

El objetivo de la serie y el libro, también descargable en el micrositio en comento, es acompañar a quienes tengan interés en los derechos comunicacionales, en los derechos de las audiencias, a entrar en materia. Con este libro también se quiere continuar con la difusión, comprensión, análisis, discusión y exigencia de los derechos de las audiencias en México. Los capítulos no son transcripciones literales de todo lo dicho al aire, si bien recuperan en esencia lo que autoras y autores quisieron decir.

El trabajo no tuvo fines de lucro y fue posible gracias al conjunto de colaboraciones descritas en el apartado Agradecimientos, el cual se torna en una declaración individual de principios colectivos y resulta fundamental.

Pensar en los derechos de las audiencias equivale a ensanchar esa franja de reflexión sobre cómo hacernos más iguales, menos tóxicos, con menos diferenciales de poder –para ponerlo en palabras de Norbert Elías– desde una ruta concreta, la de los contenidos en los medios de comunicación, la ética de quienes los hacemos y los derechos de quienes los consumimos.

*Ana Cecilia Terrazas es Defensora de las Audiencias de Radio Educación

Referencias

1 Esta autora es integrante de la AMDA.

2 Texto tomado de la columna Amerizaje, de El Sur de Guerrero, Acapulco, publicada el 3 de septiembre de 2022.

3 https://radioeducacion.edu.mx/podcast-curso-audiencias

13 de octubre de 2022