El golpismo de Salinas Pliego
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El golpismo de Salinas Pliego

La actitud desafiante y altanera del empresario Ricardo Salinas Pliego, es uno de sus rasgos públicos más  conocidos, que desborda cuando observa que sus intereses económicos están en riesgo por decisiones u omisiones gubernamentales o por litigios con otros particulares, acudiendo a tribunales o golpeando mediáticamente a sus adversarios, a través de las tres televisoras que posee en concesión, los Canales 13 (Azteca Uno), Canal 7 (Azteca 7) y Canal 40 (ADN 40).

Así ocurrió hace 20 años, cuando a finales de 1999, salió a cuadro para vociferar: “¿Para qué tenemos elecciones?”, luego de que el narco ejecutara en Periférico Sur a su principal conductor de entonces, Paco Stanley, señalado por la Procuraduría capitalina por encontrarle cocaína y ser adicto a esa droga. La intención del empresario fue obvia, levantar una “cortina de humo” para evitar el desprestigio por la ejecución del comediante e indirectamente,inhibir las líneas de investigación del homicidio.

La insidiosa pregunta no fue lanzada a Ernesto Zedillo, entonces presidente, sino al primer Jefe de Gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, elector por primera vez por los ciudadanos de la capital del país en 1997, elección que enterró el dedazo presidencial.

En la edición 111 de Milenio Semanal (18 de octubre de 1999), Salinas elevó su desafío al sistema democrático: “Para qué queremos democracia?”… “No llame a un levantamiento”… “No fue una ataque contra Cárdenas…”, respondió.

Tres años más tarde, su arrogancia no tuvo límites, cuando en la madrugada del 27 de diciembre de 2002, un grupo policíaco aparentemente a las órdenes de Tv Azteca tomó el transmisor de Canal 40 para sacar del aire la señal de CNI y transmitir la programación de Canal 13. Con este golpe, Ricardo Salinas se hizo justicia con propia mano, en contra de su exsocio Javier Moreno Valle, con quien disputaba en litigio, el control de esa emisora. Cuando un reportero pidió al insulso Vicente Fox su intervención en el caso, éste contestó: “Y, ¿yo por qué?”.

Apenas el viernes 17 de abril de este año, 20 años después de aquel reto al sistema democrático, el mismo magnate vuelve a enfundarse en su actitud altanera, y a través de su presentador de noticias, Javier Alatorre, convocó a ignorar y descalificar los esfuerzos preventivos de las autoridades de salud, pidiendo “ya no creerle” al doctor Hugo López-Gatell, en plena expansión de la pandemia del COVID-19, con miles de personas contagiadas y centenares de muertos. Días antes, el también dueño de las tiendas Elektra había minimizado los riesgos del coronavirus y convocó a continuar actividades empresariales por lo que sus tiendas, siguieron abiertas arriesgando la salud y la vida de sus propios empleados.

El empresario ha desafiado también, en distintos momentos, al modelo de comunicación política en materia electoral, puesto en operación desde 2009.

El dirigente de Grupo Salinas, -que aglutina a 20 empresas financieras, de televisión, comerciales y fábricas-, no ha dejado de enfrentar al Estado mexicano, aunque ahora esa arrogancia tiene sus consecuencias: un día después de aquel cretino llamado de Alatorre, éste fue mencionado más de medio millón de veces en Twitter y días después decenas de miles de firmas exigieron se le retirara la concesión a Tv Azteca. La autoridad federal se vio orillada a enviarle un apercibimiento por aquel sórdido llamado.

7 de abril de 2021