En su conferencia de prensa matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó la iniciativa de Ley de Husos Horarios en los Estados Unidos Mexicanos, que envió al Congreso de la Unión para que se discuta y en su caso se apruebe la eliminación del horario de verano.
En Palacio Nacional, la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, y el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, explicaron las razones para presentar la propuesta de supresión del cambio de horario que inició en 1996:
Los efectos nocivos que tiene en la salud de las personas; el rechazo de la mayoría de la población; y su no contribución al ahorro de energía.
El impacto en la población puede ser biológico, psicoemocional y social, ya que se han observado daños como somnolencia diurna, irritabilidad, déficit de atención, depresión, fatiga y disminución en el rendimiento escolar y laboral, lo cual ha provocado un mayor uso de estimulantes, expuso Alcocer Varela.
Asimismo, la duración del sueño en las y los adolescentes disminuye un promedio de 32 minutos por noche, principalmente en las dos primeras semanas después de iniciado el horario de verano. Las personas adultas necesitan de tres a siete días para adaptarse, y la población infantil requiere más tiempo.
El secretario de Salud aseveró que algunos estudios sugieren la asociación entre el horario de verano y el aumento de la ocurrencia de infarto cardiaco, especialmente en la primera semana posterior a su inicio.
Señaló que cada vez más estudios demuestran que las diferencias de tiempo entre el reloj social y el biológico desafían la salud.
A su vez, Rocío Nahle explicó que el 71 por ciento de la población no está a favor del horario de verano y sólo el 29 por ciento lo aprueba, de acuerdo con los resultados de la encuesta realizada en junio por la Secretaría de Gobernación.
Puntualizó que la inconformidad contra esta medida es permanente desde que se estableció en 1996; y diferentes fracciones parlamentarias han presentado más de 40 iniciativas de ley desde 2001 en contra del horario de verano.
Además, apuntó que la evidencia científica demuestra que no se presentan cambios importantes en la luz solar en los países cercanos a los trópicos, por lo cual no está justificado su establecimiento desde hace 26 años.
Nahle García también indicó que el ahorro de energía es muy bajo, menor al 1 por ciento anual del consumo nacional, por la constante innovación tecnológica en enseres domésticos, así como el cambio de luminarias convencionales por ahorradoras de energía, por lo cual no impacta de manera favorable en el gasto familiar.
En tanto que la reducción de emisiones de dióxido de carbono en 2019 fue de sólo 0.07 por ciento del total nacional, de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía, el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias, el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica y la Comisión Federal de Electricidad.
