Esmeralda Falcón, La Pantera, será la primera boxeadora mexicana en Juegos Olímpicos, rugirá en Tokio
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Esmeralda Falcón, La Pantera, será la primera boxeadora mexicana en Juegos Olímpicos, rugirá en Tokio

Esmeralda Falcón Reyes llegó al boxeo buscando una actividad deportiva, y gracias al esfuerzo personal ya tocó las glorias del triunfo en los Juegos Centroamericanos y del Caribe (Barranquilla) en 2018 donde ganó medalla de oro y en los Juegos Panamericanos en 2019 (Lima) ciudad donde obtuvo el bronce. Gracias a esos logros consiguió su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio, donde competirá en la categoría de los 60 kilogramos.

Yamileth Zempoalteca

Originaria de Tulyehualco, Xochimilco, a sus 25 años, La Pantera anímicamente asegura no sentirse presionada por ganar una medalla, pero dice “estar dispuesta a darlo todo y sacar la casta por mi país”. Participar en unos Juegos Olímpicos “es una satisfacción. Quiero ir a pelear, sé que será difícil pero tendré la dicha de estar ahí. Si el resultado no se llegara a dar, será porque la boxeadora me superó y no por indisciplina o des­motivación”, adelanta.

El boxeo le exigió tiempo completo por lo que tuvo que hacer a un lado sus estudios de actuaría en la UNAM, aunque siguiendo los consejos de su primer entre­nador, Raúl Martínez, regresó a la escuela para abrazar la carrera de docencia en la Escuela Superior de Educación Física.

-¿Cómo lograste tu calificación a los Juegos Olímpicos de Tokio, cuál fue tu primera reacción?

-El Comité Olímpico Internacional (COI) nos informó que la selección se realizaría por ranking y gracias al resultado que obtuve en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018 y Juegos Pa­namericanos Lima 2019, me dieron puntos y se pudo lograr la plaza. La noticia me la dio el Presidente de la Federación Mexicana de Boxeo (FMB), Ricardo Contreras, no lo podía creer pero al ver la publicación de que yo sería la primera plaza femenil de boxeo para México sentí mucha alegría. Lloré con mis padres, ya que era un triunfo de toda mi familia, porque han estado a mi lado.

-¿Qué mentalidad llevas a Tokio, sientes alguna responsabilidad en obtener una medalla al ser la primera boxeadora mexicana?

-Responsabilidad no. Estoy dispuesta a darlo todo y sacar la casta por mi país pero no estoy presionada, simplemente estoy recordando que yo comencé en el boxeo por gusto y no por una satisfacción social. Es lo que he manejado con mis psicólogos y entrenadores.

-¿Cómo fue que llegaste al deporte de los puños donde los hombres siempre han dominado?

-En la búsqueda de un deporte vi mu­chos gimnasios de boxeo, me llamaba la atención que no había mujeres. Siem­pre se veían pancartas con campeones mundiales, y a las boxeadoras no se les hacía tanto alarde como a ellos. Los en­trenadores me decían que era difícil entrenar mujeres por el periodo mens­trual, ambiente y la disciplina. Entonces, conocí a Raúl Martínez quien fue mi primer entrenador. Me hizo ver que yo podría aspirar a unos Juegos Olímpicos. Sin embargo, por cuestiones personales tuve que buscar alternativas. El entrena­dor Martín Escamilla le dio un plus a mi carrera como boxeadora. Con él vuelvo a quedar como campeona nacional y continental, pero se tuvo que retirar como entrenador y me deja en manos de los hermanos Palacios que son mis actuales entrenadores.

-¿Cómo es para una mujer entrenar un deporte varonil?

-Yo nunca entrené con mujeres hasta que llegué al Comité Olímpico. Entrenar con hombres es más exigente. Eso me sirvió para tener una mejor reacción al momento de enfrentarme con mujeres, me hizo adaptarme a la pegada de un hombre. Alguna vez le dijeron a mi papá que tenía una hija “marimacha”, pero él manifestó sentirse orgulloso de mí, porque hacía lo que me gustaba. Esa seguridad que me dio me ayudó a entender que cada quien tiene gustos distintos.

-Estos Juegos Olímpicos serán muy dis­tintos por la pandemia habrá poca gente pero millones de ojos virtuales.

-Me provoca emoción porque son mis primeros juegos y son el resultado del esfuerzo de seis años, el pisar el ring de unos Juegos Olímpicos es una satisfac­ción. Yo quiero ir a pelear, sé que serán difíciles pero tendré la dicha de estar ahí. Si el resultado no se llegara a dar, que sea porque la boxeadora me superó y no por una indisciplina o desmotivación, daré lo mejor de mí para abrir más puertas para las generaciones que vienen.

-Sufres de asma y el año pasado te con­tagiaste de Covid-19.

-Fue difícil. Sí estuve hospitalizada pero no me puse grave. El regreso lo decidió el doctor y el entrenador. Me costó mucho trabajo, me cansaba demasiado y eso me desesperaba y frustraba porque no aguan­té ni un round de sombra. Me mareaba y tocía, sí es difícil porque hay que ser paciente en la rehabilitación, pero para la concentración del primero de marzo de este año, en la burbuja del CENARD ya estaba entrenando normal. Hasta ahora no he tenido episodios de crisis de asma ni secuelas de Covid.

-¿Algún mensaje que le quieras dar a la juventud?

-Que busquen un deporte que los motive, porque es un escenario en donde pue­des ser tú mismo, ahí puedes desahogar tus problemas. Es un buen recurso para formar buenos ciudadanos porque nos cambia como personas.

8 de julio de 2021