Examinan el aspecto ético en el manejo y la formación de las colecciones de restos humanos
Cultura

Examinan el aspecto ético en el manejo y la formación de las colecciones de restos humanos

El investigador Hugo Cardoso abordó cómo a partir de cuerpos no reclamados o tomados de clases empobrecidas, se construyeron diversos acervos en los siglos XIX y XX

En el seminario “Bioética, manejo y conservación de restos humanos”, organizado por el INAH, llamó a dar un trato digno a los entierros históricos

En la enseñanza de la medicina y de otras disciplinas ha sido necesario el uso de cuerpos humanos para prácticas en laboratorio, los cuales, en los albores de dichas ciencias, a menudo eran obtenidos mediante la profanación de tumbas y la venta de cadáveres. A lo largo del tiempo, estas situaciones han generado discusiones en torno a la ética que atañe a las colecciones de esqueletos humanos.

Sobre este y otros temas giró la conferencia virtual impartida por el investigador Hugo Cardoso, en el marco de la campaña “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura el Gobierno de México, y del seminario permanente “Bioética, manejo y conservación de restos humanos”, organizado por la Coordinación Nacional de Antropología (CNA) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Si bien hoy gobiernos e instituciones han legislado para únicamente aceptar cuerpos que hayan sido donados por sus familias o por las propias personas –un ejemplo es el profesor Grover Krantz (1931 – 2002), quien antes de morir cedió su cuerpo al Instituto Smithsoniano de Estados Unidos–, las prácticas de antaño todavía son objeto de reflexiones académicas.

Hugo Cardoso, adscrito a la Universidad Simon Fraser, en Canadá, diferenció dos tratamientos contrastantes respecto al modo en que se formaron diversas colecciones de esqueletos humanos, derivados de prácticas funerarias y religiosas diferentes entre los países católicos de América Latina y el sur de Europa, y las naciones protestantes del norte de Europa y América.

“En los cementerios protestantes todas las sepulturas son perpetuas y está prohibido exhumar los restos humanos, lo que genera una escisión entre la vida y la muerte. A diferencia de los cementerios católicos, en los que es común encontrar sepulturas temporales e individuos que, por el paso del tiempo o cuando todos sus familiares también han fallecido, deben ser trasladados a un osario, una fosa común o ser cremados”.

En la tradición católica, puntualizó, la presencia de la muerte es algo mucho más notorio en la vida social, lo que ha facilitado la formación de colecciones osteológicas a partir de restos humanos no reclamados.

Otro impacto que se produjo durante los siglos XIX y XX, tanto en el mundo anglosajón como en el latinoamericano, fue que muchos corpus investigativos se crearon a partir de personas pobres o en situación de calle.

En Reino Unido y sus colonias, explicó el investigador, un fenómeno adicional fue que, a muchos criminales condenados a muerte, se les castigó incluso después de haber sido ejecutados al destinar sus cuerpos a la disección anatómica; situación que no ocurrió en los países católicos, donde la religión considera que los pecados de una persona terminan cuando esta muere.

Cardoso, quien es coautor de artículos como La violencia estructural y la naturaleza de las colecciones de referencia de esqueletos de cementerios, publicado por la revista Human Remains & Violence, citó algunas líneas actuales de análisis en torno al tema, como la que llama a devolver la identidad y dignidad a esas personas empobrecidas que no recibieron ningún tratamiento fúnebre y, simplemente, fueron tomadas como objetos de experimentación.

Otras iniciativas, comentadas por el conferencista y las investigadoras de la CNA, Carmen Lerma Gómez y Josefina Mansilla Lory, son las relativas a la reinhumación de aquellos restos humanos que ya agotaron su información académica.

Al respecto, finalizó Cardoso, “hay países como México donde las colecciones osteológicas están en constante crecimiento debido, en parte, a los hallazgos arqueológicos, por lo cual podrían establecerse convenios para trasladar restos humanos a otros sitios donde no existan grandes colecciones, pero sí las condiciones para preservarlas e investigarlas”.

El seminario “Bioética, manejo y conservación de restos humanos” continuará el próximo 8 de junio, con la participación del antropólogo físico Mariano del Papa, de la Universidad Nacional de la Plata, quien abordará las restituciones de restos humanos en el Museo de la Plata, en Argentina.

23 de mayo de 2022