Genaro y sus encubridores
Periodismo

Genaro y sus encubridores

Que no le digan…  
Mario A. Medina

Reza un dicho: “El amor y el dinero no se pueden ocultar”, o también podemos decir que “el dinero y el amor, no admiten encubridor”.  
Muchos, pero muchos son los funcionarios que simplemente el dinero mal habido no lo pueden ocultar. No hace mucho se hablaba de enriquecimiento “inexplicable”, es decir, que no se podía entender cómo habían acumulado tantas riquezas cuando su nivel salarial no les permitía haber acumulado tantas propiedades y cuentas bancarias.  
Aquellos políticos fueron beneficiarios de las “plumas”, de la “tinta”, de las opiniones de algunos periodistas que no sólo aplaudían su trabajo, también callaban sus fechorías. Su enriquecimiento era más que explicable de dónde salía. Su función era taparlos, hacerlos parecer intachables ante la opinión pública. Claro, aquellos comunicadores tenían, desde luego, su recompensa.  
En 2013, la revista Forbes publicó una lista de los 10 mexicanos más corruptos. Enlistó a Elba Esther Gordillo, a Carlos Romero Deschapms, a Raúl Salinas de Gortari, a la vocera del expresidente Felipe Calderón, Alejandra Sota.  
Destacaban gobernadores como Andrés Granier Melo (Tabasco); Arturo Montiel (Estado de México) Tomás Yarrington (Tamaulipas); Humberto Moreira (Coahuila), Fidel Herrera (Veracruz), acusados casi todos de tener nexos con el crimen organizado, con los cárteles de Los Zetas, Golfo y Pacífico y de lavar dinero.  
Junto con todos éstos, la revista incluyó también a Genaro García Luna (GGL), del que se decía que durante su gestión se registró el mayor presupuesto asignado a la SSP; que lo “usó para la autopromoción y el abuso de poder”. Si bien en aquel momento la publicación no ligaba al hombre de todas las confianzas de Felipe Calderón con el crimen organizado, ya otros medios sí informaban de esa relación.   
Hoy, Genaro García Luna enfrenta en Estados Unidos el delito de conspiración por traficar y distribuir droga. Un jurado será quien determine la inocencia o culpabilidad del exsecretario. Será en los próximos días cuando sepamos de su suerte y la de Calderón. Temeroso el expresidente se fue a refugiar a España.

Los periodistas mexicanos que cubren el juicio contra García Luna en Nueva York comentan que la lógica del proceso es muy diferente a lo que podrían ser aquí las acusaciones contra el exfuncionario.  
En México, Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), ha señalado que son ocho las personas físicas y más de 44 empresas las que están involucradas en la red de corrupción del también extitular de la Agencia Federal de Investigación con Vicente Fox. Sin olvidar que también fue favorecido en la administración de Enrique Peña Nieto con contratos para empresas que constituyó o cercanas a él. 
Gómez denunció el jueves que en el sexenio pasado, cuando ya no estaba en el gobierno Genaro García, “extrajo 745.9 millones de dólares para beneficiar a un conglomerado empresarial con al menos 30 contratos en diversos órganos de seguridad pública”.  
Esto aparte de los señalamientos de recibir grandes cantidades de dinero por proteger al cártel de Sinaloa con el visto bueno de su jefe Calderón. 
La riqueza alcanzada por García Luna en un tiempo muy corto fue estratosférica, grosera. Simplemente le es imposible de demostrar que lo acaudalado por él fue bien habido.    
En días pasados el exsecretario de finanzas de Coahuila, Héctor Villarreal Hernández, como parte de los testigos contra García Luna, aseguró que éste acordó pagar 25 millones de pesos mensuales al dueño del periódico El Universal, Juan Francisco Ealy Ortiz, para contrarrestar “rumores” sobre los vínculos del entonces secretario de seguridad pública con El Chapo Guzmán. 
No es la primera vez que periodistas han sido señalados de recibir dinero no sólo del narco sino de funcionarios para callarlos, para que “le bajen” en el tema de los vínculos entre el narco y gobernantes.   
En estos días ha vuelto a llamar la atención el manejo informativo que comunicadores y articulistas le han dado al juicio en Nueva York. Es cierto que el periodista debe cuidar de no acusar a nadie mientras no lo hayan juzgado. Sí debe anteponer el principio de presunción de inocencia.  
Sin embargo, llama la atención el manejo informativo, porque del otro extremo, algunos de esos comunicadores pretenden victimizar a García Luna. En junio de 2022 la fiscalía de Nueva York se refirió a documentos que evidenciaban que García Luna sobornó a periodistas con dinero producto de la corrupción. Muchos se pusieron nerviosos. 
Igual, o peor aún, hay “plumíferos” que derraman tinta como ofrenda en sus espacios en la radio y en noticieros “estelares” de la TV para defender al inculpado ahora en Nueva York. Está bien que antepongan el principio de presunción de inocencia, pero gritan: “Ha sido Genaro García sujeto a un linchamiento brutal en México”.  
Ya desde 2019 acusaban que desde el poder de la 4T se quería eliminar al exfuncionario en los sexenios panistas, y hoy afirman que las acusaciones en su contra son “endebles” o “no hay pruebas”.  
Pero los mismos no se preguntan cómo obtuvo su estratosférica y meteórica fortuna amasada durante su paso como funcionario. Y por lo mismo deliberadamente olvidan que la historia aberrante, negra de García Luna, no admite encubridor. 
Que no le cuenten… paso 
El jueves mi amigo Rubén Martínez, un periodista crítico, gran lector de libros y que cada sábado publica en El Heraldo una crónica de la vida de la Ciudad de México o de algún personaje que no debemos de dejar en el baúl del olvido, me hizo favor de enviarme una entrevista que le hicieron en el portal Por Cierto a otro gran periodista, Roberto Fuentes Vivar. 
Colaborador en otros medios como Novedades, El Nacional y la revista Época, fue constructor de unomásuno y de La Jornada.  
En su conversación con Carlos Alberto Duayhe, su entrevistador, le dijo algo en lo que coincido plenamente: el periodismo vive hoy “una de las mayores crisis” y que ésta inició “cuando los medios comenzaron a perder su vocación social e informativa para comercializar la información y publicarla en espacios privilegiados”. 
Fuentes Vivar afirma que el comunicador “no debe perder la conciencia de que el periodismo se debe a la sociedad y no a los grupos que lo financian”. 

11 de febrero de 2023