Gobierno debe aplicar justicia transicional para superar violencia e impunidad: David Fernández, rector UIA
Justicia

Gobierno debe aplicar justicia transicional para superar violencia e impunidad: David Fernández, rector UIA

El rector de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, David Fernández Dávalos, registra una baja nacional en interés por estudiar periodismo o comunicación y habla de la apertura de la licenciatura en medio ambiente.

El rector de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, David Fernández Dávalos, registra una baja nacional en el interés por estudiar periodismo o comunicación y habla de la apertura de la licenciatura en medio ambiente.

Carlos Padilla Ríos

—Frente al desafío permanente de la delincuencia y los niveles de impunidad en el país, ¿qué hace falta para enfrentar esos problemas?

—Soy de los que piensan que no se tiene una estrategia clara. En el caso del hijo de El Chapo (Ovidio Guzmán), no fue que pusieron por delante los derechos humanos, sino que incumplieron las formalidades de ley y ejecutar la aprehensión hubiera afectado el debido proceso, lo que derivó en la liberación del presunto delincuente y en una derrota del sistema judicial. Pero cambiar de estrategia no implica la inacción de las autoridades. Es decir, si alguien agrede a la Guardia Nacional, ésta tiene la obligación de responder proporcionalmente con el uso de la fuerza, no con fuerza desproporcionada o injusta, como estábamos acostumbrados a que se hiciera.

Hay una confusión en que el combate a la delincuencia hoy implica abrazos y no balazos, no es verdad, implica también balazos, porque la delincuencia actúa con alevosía y ventaja, la cosa es que sean proporcionales, y que la estrategia se concentre en la construcción de la paz, en los derechos humanos de las personas con un paradigma distinto. No ha cambiado ese paradigma, sigue la aplicación de fuerza, pero ahora discrecionalmente, y veo inoperancia en el gobierno actual. Frente al caos y la crisis en derechos humanos, necesitamos procesos importantes de justicia transicional porque las instituciones actuales no dan para superar el actual estado de cosas; ni las fuerzas armadas, ni la Fiscalía, ni el Poder Judicial pueden afrontar la situación que vivimos en el país. Se necesitan mecanismos extraordinarios de justicia transicional para garantizar la detención de la violencia, garantías de juicio justo, de no repetición.

Esto es justo lo que quería plantear Javier Sicilia y quienes se movilizaron recientemente. No era atacar al gobierno en turno, sino decirle: se necesitan mecanismos extraordinarios porque las actuales instituciones y el enfoque militar no dan para resolver la crisis. Esto no se alcanzó a entender porque los que se reunieron con los marchistas fueron los del gabinete de Seguridad y no es éste el que debe resolver el tema, sino el Estado completo con políticas extraordinarias que van más allá de las instituciones actuales.

—¿Cuáles serían las líneas generales de esta política de Estado?

—Por ejemplo, comisiones de la verdad en torno a casos emblemáticos, tribunales especiales de justicia transicional, mecanismos de protección extraordinarios de distintos gremios, periodistas, defensores de los recursos naturales, del medio ambiente o que acoten el feminicidio, en fin. Hay que convencer a la actual administración, de que las instituciones actuales no están dando resultados, necesitamos medidas urgentes especiales de transición a nuevos modelos institucionales y esa es la justicia transicional.

—¿Por qué respetar los derechos de un sicario o un feminicida?

—Porque en el momento que permitamos que se atente contra los derechos de un narcotraficante, un presunto feminicida o migrante, se pone en riesgo a toda la sociedad. En ese momento, yo puedo ser acusado de cualquier cosa, ser objeto de maltrato, tortura, no tener un proceso debido. En realidad, al defender derechos humanos de los presuntos delincuentes se está defendiendo a la sociedad en su conjunto y acotando al Estado. Hay fronteras que no se pueden traspasar porque nos afecta a todos en nuestra dignidad, si yo me pongo a la altura de los sicarios a desollar o a torturar, en ese momento perdemos como sociedad porque pervertimos nuestra dignidad.

—¿Anteponer los derechos humanos al derecho y la justicia?

—No, defender los derechos humanos no significa dejar impunes las conductas delictivas, hay que castigarlas con todo el rigor de la ley, pero no por fuera, sino como la sociedad ha acordado tratar a sus delincuentes; no se defiende a los delincuentes contra la justicia, se les defiende, en tanto que son seres humanos, para que se les aplique la justicia.

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— La Universidad ha generado acciones para la igualdad de género al interior de la institución y el respeto a los derechos humanos…

—Sí, efectivamente. Fuimos la primera universidad en generar un protocolo de género y ya lo compartimos con otras cuatro instituciones. También impartimos cursos, junto con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a los gobiernos federal y de la Ciudad de México. Recientemente, la Secretaría de la Defensa Nacional nos pidió un par de diplomados para su personal en torno a la justicia con perspectiva de género. Para nosotros es un reconocimiento a la Universidad y por supuesto estamos a disposición de compartir nuestro saber y experiencia en estos temas.

—¿Cómo va la Universidad Iberoamericana?

—La institución va bien, somos una comunidad mucho más plural, diversa e incluyente. Hoy, la universidad es menos occidental y patriarcal, que son por lo general, características de las universidades particulares. Para nosotros los jesuitas, nuestras universidades sólo pueden ser elitistas en lo académico, en ningún otro renglón, ser universidades de excelencia. Es muy satisfactorio ver que esta propuesta de una universidad critica, propositiva y plural ha sido bien recibida en el centro del país, tenemos una matrícula muy exitosa. Abrimos una licenciatura en Medio Ambiente, un centro universitario transdisciplinario para la sustentabilidad, empezamos a movernos hacia carreras, no en torno a disciplinas, sino de problemas con abordes interdisciplinarios. Tenemos también una maestría en migración y un doctorado en género.

Otro avance es que hicimos de nuestras instalaciones, un campus sustentable: erradicamos por completo el pet, tenemos dispensadores de agua y una planta recicladora y más espacios verdes. Cambiamos la vegetación a especies endémicas, con mayor sustentabilidad y menores requerimientos de agua. En la Universidad Iberoamericana tenemos un protocolo de atención a la violencia, la Comisión de Género y la Procuraduría de Derechos Universitarios. Además, hicimos transversal la dimensión de género en todos los currículos. Ésta es otra de nuestras prioridades: la convivencia armónica, no asimétrica, erradicar el acoso, la violencia y la discriminación de género. Ya es algo instalado en la conciencia de la comunidad, pero todavía son necesarias la Comisión de Género y la Procuraduría.

—Hay la percepción de que ha disminuido la demanda de ingreso a las universidades privadas ¿Sucede en la Universidad Iberoamericana?

—Nosotros no hemos tenido merma, en 2017 y 2018 sí hubo una disminución relativa en nuestras inscripciones, pero repuntamos en 2019 y 2020, son movimientos normales, donde sí bajó la matricula es en Ciencias de la Comunicación, no de manera dramática. Esta es una tendencia nacional que, nos parece,
obedece al nuevo papel que están teniendo los medios no formales, me refiero a las redes sociales, el Internet, que están replanteando el papel de los medios tradicionales: radio, televisión, los cuales padecen una crisis severa que exige, de nuestros programas y currículos, una reforma radical que no hemos hecho al ritmo que se requiere. No tengo el dato, pero es posible que en los últimos cinco años haya sido de por lo menos 20 por ciento.

Rector Ibero

—¿Disminuye el interés por la teoría, el ejercicio periodístico?

—Falta un diagnóstico más preciso, pero sí, es una tendencia nacional y quizá internacional porque hay menos interés por la radio, la televisión, la prensa escrita y nuestros currículos siguen muy centrados en capacitar a los alumnos para el manejo y la presencia en esos medios tradicionales. Aquí y otras escuelas de comunicación públicas y particulares tiene ese mismo problema. Debemos poner nuestro reloj al tiempo del desarrollo explosivo de la Internet y las redes sociales en general porque siguen siendo necesarias la teoría, la reflexión, la profundización. Por ejemplo, abrimos la maestría en cine y ha tenido éxito relativo, ya salieron nuestros primeros egresados, pero no hay interés de las nuevas generaciones, en escuchar radio, ver televisión, ni leen diarios, lo hacen, si acaso, en Facebook, pero eso es lo que debemos reflexionar para cambiar nuestro enfoque.

@carlpadillarios

Publicado en la edición 241, marzo 2020

13 de marzo de 2020