Balbina Flores Martínez
Culiacán, Sinaloa.- ¡Aquí Nadie Olvida!, fue el lema del quinto aniversario luctuoso del homicidio del periodista Javier Valdez Cárdenas, ocurrido el 15 de mayo de 2017, por criticar al narcotráfico, y por dar voz a cientos de víctimas en México a través de sus investigaciones.
Valdez sabía de los riesgos de ser periodista en Sinaloa, aun así, optó por no callarse. No tuvo miedo de reportear el infierno que vive México, se negó a guardar silencio y se negó al olvido.
Si Javier viviera, seguramente seguiría junto a muchos de nosotros, dando esta lucha con su pluma y su pensamiento. Así lo recuerdan en su natal Sinaloa, como el periodista solidario, sensible con las luchas sociales, con sus colegas y con quien se acercara a él para contar su historia frente a las injusticias. “Javier era muy noble, muy buena gente”, recordó este 15 de mayo Griselda su esposa, quien no ha cesado ni un minuto en su lucha por obtener justicia y verdad.
El homenaje inició con una ofrenda floral en el busto de Javier, instalado hace un año en el centro de Culiacán, bajo un sol abrazador y donde las voces de todos y cada uno coinciden en no olvidar. La voz de la viejecita que se reprocha no haber rezado lo suficiente para que no le ocurriera algo malo; la del amigo quien con su vela encendida llegó para decir frente al busto: “Aquí sigue siendo todo casi igual”, que sus colegas siguen cayendo y eso parece no tener fin. Del barrendero que pasa su escoba diariamente por lo que ya es un monumento a la libertad de expresión, y le dice “bato, ¿por qué te nos fuiste así?”.
Estuvieron presentes sus amigos del Colectivo RecuperArte, que fielmente tapizan las calles con carteles cada aniversario luctuoso para no olvidar. Como el mural de poco más de ocho metros que dejaron plasmado sobre las paredes de su ciudad con el lema Javier Valdez “¡Aquí Nadie Olvida!”.
El quinto aniversario fue arropado por sus compañeros del semanario Río Doce, del que era subdirector, y muchos otros colegas de Sinaloa, por integrantes de su familia, y activistas de organizaciones defensoras de la libertad de prensa, como Propuesta Cívica que acompaña legalmente a la familia todos estos años junto con Reporteros Sin Fronteras. Además del Comité para la Protección de Periodistas de Nueva York. Así como el Colectivo RecuperArte, integrado en su mayoría por jóvenes, creadores del mural “¡Aquí Nadie Olvida! ¡Javier Valdez Vive!”.
El acto fue una oportunidad para reiterar las exigencias de los presentes para reclamar justicia y contrarrestar la impunidad que prevalece entre otros homicidios de periodistas en todo el país. La justicia mexicana sigue en deuda con el crimen de Javier Valdez, tanto como de cientos de periodistas asesinados y desaparecidos en otros momentos y en otros años por investigar e informar, en el país más violento contra la prensa. Un país que, sin estar oficialmente en situación de guerra, sigue viendo caer a sus periodistas sin tregua alguna.
Para las autoridades debe quedar claro que la exigencia de justicia no ha finalizado con las conclusiones de los procesos judiciales contra Heriberto Picos Barraza y Juan Francisco Picos Barrueta, sentenciados a 14 y 32 años de prisión por el homicidio de Javier Valdez.
Una oportunidad más para decirle a la Fiscalía General de la República que el asesinato de Valdez no ha sido resuelto totalmente, y que es urgente que el Estado mexicano redoble esfuerzos serios y efectivos con el Departamento de Justicia del gobierno de Estados Unidos para lograr que Dámaso López Serrano, alias “el Mini Lic”, identificado por las autoridades federales como el presunto autor intelectual del homicidio, sea presentado ante los tribunales de justicia en México y juzgado por el crimen. Además de profundizar en las diligencias encaminadas a la línea de investigación, que involucra al Dámaso López Serrano con el homicidio del periodista.
El Mecanismo de Protección debe continuar garantizando la seguridad de la familia de Javier Valdez, y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas debe dar prioridad a las medidas de atención integral a la familia, desplazada desde hace casi cinco años.
Recordarle al presidente Andrés Manuel López Obrador, las reiteradas ocasiones en que ha asegurado que ningún crimen contra periodistas en México quedará impune. Compromiso que queda en entredicho cuando por lo menos 34 periodistas han sido asesinados en su administración, 11 de ellos tan sólo en lo que va de 2022.
No basta con la identificación de los responsables materiales del crimen –y, en el mejor de los casos su aprehensión–, una plena justicia requiere que la totalidad de los responsables enfrenten un proceso penal, exige también dar cumplimiento a una reparación integral a las familias, así como la aplicación de medidas que garanticen la no repetición. Presentar detenciones como “aniquilación de la impunidad”, como señaló el gobierno federal hace unas semanas, es engañoso y omite la necesidad de lograr sentencias condenatorias de todos los presuntos implicados en un crimen.
