(Redacción)
En 2020 la pandemia de la COVID-19 generó emergencia de salud pública en México y en el mundo por la falta de infraestructura y de personal médico, que obligaron a médicos y enfermeras a arriesgar su vida por salvar la de sus pacientes.
Por el riesgo al temible contagio y la falta de un equipo más adecuado, el personal médico utilizó el instrumental a la mano para protegerse. El fotógrafo Iván Macías captó las repercusiones físicas y emocionales de médicos y enfermeras en una serie de imágenes que tomó en un hospital público de la capital del país, pero fue el rostro de la doctora Katia Palomares, la que lo hizo ganar el segundo lugar del World Press Photo 2021, en la categoría Retrato.
Rostro de la Dra. Katia Palomares
Cuando la COVID-19 llegó a México, en marzo de 2021, Macías observó cómo una enfermera no pudo subir al transporte público porque la gente se lo impidió por miedo a ser contagiada del virus, así surgió la idea de documentar el efecto de la pandemia en la vida del personal de salud.
“Para mí fue realmente impactante ver la falta de empatía y la discriminación que existía hacia esta enfermera. Era sorprendente que estuviera trabajando en este sector, en esa nueva normalidad que en aquel momento se estaba conociendo. No podía llegar a su casa a descansar porque no podía subirse al transporte”, expuso en entrevista con Zócalo.
El retrato con el que Macías se convirtió en el único mexicano ganador de esta edición del concurso internacional fue captado en mayo de 2020, época en la que varios hospitales públicos fueron reconvertidos para atender a pacientes con COVID-19 y en medio de la incertidumbre social sobre los alcances de esta enfermedad.
En aquel momento, en el que acceso a los hospitales era restringido por seguridad, el fotógrafo logró entrar a un hospital público de la Ciudad de México para documentar la atención a los pacientes.
Durante dos días, Macías fotografió el trabajo del personal médico que se encontraba en la primera línea de atención de la pandemia. Con cámara en mano y con medidas de protección para evitar la propagación del virus como cualquier médico -sin permiso oficial-, el fotógrafo captó las actividades cotidianas de los profesionales de la salud: desde colocarse los trajes de bioprotección hasta la interacción con pacientes graves que necesitaban un respirador.
“Pude entrar y hacer fotografía de lo que estaban haciendo, desde cómo se vestían, cómo se preparaban, platicar con ellos; (hasta preguntar) qué sentían, cuáles eran sus presiones, entrar a la sala con ellos, ver cómo atendían a los pacientes, todo”, recordó.
En esas horas de trabajo, el también emprendedor que tiene una empresa de comercio por internet, recopiló varias imágenes. Fue cerca de las tres o cuatro de la mañana de su segundo día en el hospital cuando captó la expresión de la especialista en urgencias médicas, Katia Palomares.
El rostro de la médica, marcado por la mascarilla de protección después de seis horas continuas de trabajo, dejo ver el drama de los hospitales sobresaturados y la carga de trabajo del personal médico.
Iván Macías, quien en 2016 hizo a un lado su carrera de ingeniero en mecatrónica para tomar la cámara y especializarse en técnica, estética y composición, expuso que la fotografía “es expresarse”. La fotografía, dijo, permite expresar sentimientos, vivencias y reflexiones; por ello captar imágenes se volvió una parte importante de su vida.
“Te hace sentir, vivir, pensar, reflexionar sobre lo que estamos viviendo en ese momento”.
En está ocasión su imagen reflejó el sentir del sector salud. Actualmente, Iván Macías trabaja en un libro donde incluirá 150 fotografías capturadas durante las dos noches que estuvo en un hospital COVID y donde narrará visualmente, cómo es que el personal médico puso a prueba su capacidad para enfrentar muertes y contagios nunca antes vistos.
