La revocación de mandato y su presupuesto: cuestión de política
Comunicación Política, Hemeroteca

La revocación de mandato y su presupuesto: cuestión de política

Ivonne Acuña Murillo

Alrededor de la consulta por la revocación de mandato, que tendrá lugar el 10 de abril de este año, dos instituciones del Estado mexicano: la Presidencia de la República, encabezada por el primer mandatario Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el Instituto Nacional Electoral (INE), personificado por el consejero presidente Lorenzo Córdova Vianello y el consejero Ciro Murayama Rendón, se está llevando a cabo un juego de vencidas para ver quién puede más. La pregunta en este caso es: ¿qué hay detrás de este juego? “¡Es la política, estúpido!”, podría responderse.

De AMLO se dice que es “un animal político” antes que cualquier otra cosa; de los consejeros, que “hacen política” en lugar de comportarse como árbitros imparciales. Hablemos de política entonces.

Ciertamente, no se pueden negar las dotes políticas de López Obrador, como tampoco puede negarse el protagonismo de los citados consejeros, quienes han tomado de manera personal los dichos del primer mandatario, enredándose cada vez más en la “trama discursiva lopezobradorista”, compuesta por tres elementos.

El primer elemento es ofrecido por el filósofo griego Aristóteles quien, en su obra Política (escrita en el siglo IV a. C.), reconoce la capacidad humana y racional de discernir y comunicar el bien común a partir de conceptos tales como: justo o injusto, valioso o no valioso, bueno o dañino para la sociedad y los humanos.

El segundo elemento proviene del teórico Carl Schmitt, quien en su texto El concepto de lo político (1932) analiza la política a través de la diada amigo/enemigo. Un enemigo es, sostiene, “un conjunto de hombres que […] de acuerdo con una posibilidad real, se opone combativamente a otro conjunto análogo”. Esto es, el enfrentamiento no ocurre a nivel individual entre dos o más personas sino entre grupos, de manera que el “enemigo” no es aquel que encara de manera privada a alguien, sino un enemigo público que se opone a la existencia de un pueblo o grupo amplio de personas.

El tercer elemento es tomado del politólogo Norbert Lechner, quien en su obra La conflictiva y nunca acabada construcción del orden deseado (1984), afirmó que la construcción del orden social (objetivo de la política) parte de la creación de alternativas posibles tendientes a la transformación de las condiciones de vida vigentes de cara a una utopía que incluye el desarrollo de un nuevo orden subjetivo.

En el plano discursivo, López Obrador dota de materialidad lo afirmado por los tres teóricos citados. Primero, reconoce a quien considera el “enemigo del pueblo” que no suyo, como propusiera Schmitt, pero relacionándolo con personas concretas a quienes señala como sus representantes y defensores, es el caso de los consejeros Córdova y Murayama. Segundo, construye un orden social utópico, como objetivo de la política según Lechner, al que dirige todos sus esfuerzos, y que bien puede condensarse en la frase “por el bien de todos primero los pobres”. Tercero, es capaz de diferenciar y comunicar, como dijera Aristóteles, lo justo de lo injusto, lo bueno de lo malo al enunciar la máxima “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre” y proponer un nuevo orden subjetivo para los funcionarios públicos que deben sujetarse a la austeridad republicana.

Discursivamente hablando, AMLO vuelve a unir la política con la moral, separadas en 1513 por Maquiavelo, en su magistral obra El Príncipe. Aquí el punto nodal de su crítica al INE y sus consejeros y la trama discursiva en que solos se han enredado.

Frases, amagos, amenazas, reclamos van y vienen sin que se establezca un diálogo en el que se sienten las bases de un acuerdo en torno a la realización de la consulta por la revocación de mandato, en la cual el 40 por ciento de las personas con credencial para votar deberán decidir si el presidente López Obrador continúa en su cargo o no.

El presupuesto para dicha realización es la manzana de la discordia. En un principio, las autoridades del INE presupuestaron que la organización de la revocación de mandato costaría 3 mil 830.4 millones de pesos (mdp), cifra contenida en los 5 mil 743.5 millones solicitados a la Cámara de Diputados como partida precautoria, en caso de que adicionalmente se realice una consulta popular presupuestada en 1 mil 913.13 mdp.

Esta cantidad, a su vez, se sumaría al presupuesto total solicitado para el ejercicio 2022: 13,084.17 mdp. Sin embargo, a pesar de sus proyecciones, la Cámara aprobó una reducción de 4 mil 913 mdp al presupuesto del INE, lo que se traduce en un monto menor para la revocación de mandato, a saber: 1,570 millones, sumando lo aprobado por el Poder Legislativo y algunos ahorros del mismo Instituto. Esto se tradujo en un déficit de 2,554 mdp, que al final, después de algún ajuste más del INE ha quedado en 1,738.94 mdp, que deberán ser proporcionados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en caso de que así se decida.

Observando un poco, se llega a la conclusión de que dicha reducción permite evidenciar, ante la opinión pública, las enormes cantidades de dinero que maneja el INE y con ello el costo de la que se ha denominado una de las democracias más caras del mundo, pero no sólo eso. Ha permitido insistir en los altos salarios percibidos por los consejeres electorales (Efrén Flores, “Seis consejeros del INE ganan 64% más que AMLO, y con prestaciones de lujo: autos, comidas, seguros…”, sin embargo.mx, 15 diciembre 2019) y su séquito de asesores (Daniela Barragán: “El aguinaldo del Consejero Presidente del INE: 340 mil. Así quedó en el Presupuesto”, 19 de noviembre 2021 y “El INE tiene 262 asesores. Lorenzo Córdova, 11 con sueldos de hasta 100 mil pesos”, 30 noviembre 2021, ambos publicados en sin embargo.mx).

Para aumentar la presión, el gobierno federal presentó al INE un plan de austeridad, mismo que le permitiría disponer de 2 mil 972 mdp reduciendo gastos de operación en rubros como gastos médicos, telefonía celular, combustibles, arrendamiento, viáticos, pasajes, alimentación, equipo de telecomunicaciones, papelería, congresos y consumibles de equipo de cómputo. Además de dos fideicomisos a su favor. Este fue rechazado por la institución argumentando su falta de formalidad y el desconocimiento de su operación interna, misma que se hizo evidente cuando en el documento se habla de trabajadores sindicalizados inexistentes.

Efectivamente, en su prisa por evidenciar los elevados gastos del INE se le presentó a la institución un estudio mal hecho; sin embargo, es muy probable que esto no disminuya su impacto ante la opinión pública y que al final permita justificar la posible negativa de la SHCP, misma que ya ha sido preparada por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quien siguiendo la misma trama discursiva del presidente López Obrador, respondió: “Pues ni modo que vayamos a reducir o a detener, por ejemplo, la entrega (de pensiones) a adultos mayores”, apelando directamente a la visión ética que supone el nuevo orden social de primero los pobres, contraponiendo “la vida de lujo” de aquellos que representan intereses ajenos al pueblo, en la lógica schmitteana del enemigo público, y de la demanda moral lopezobradorista de la austeridad republicana, como medida del nuevo orden propuesto por Lechner y como distinción de lo que es justo según apuntara Aristóteles.

Como osos tras la miel, los consejeros Córdova y Murayama han caído en más de una ocasión en el juego de vencidas iniciado en el estira y afloja del presupuesto, negándose a reducir, como lo hicieran AMLO y los funcionarios de su gobierno, sus salarios y canonjías, apelando a una supuestamente atacada autonomía para defender los que, a la vista de todo mundo, aparecen como privilegios mismos que, afirman, permiten operar al Instituto.

En su afán por mostrar la necesidad del presupuesto solicitado, el consejero Murayama grabó un video desde uno de los módulos más grandes y mejor instalados del instituto, con la conciencia de que no todos son así, para mostrar en qué gasta su presupuesto el INE.

El más reciente desacierto del INE se dio al responder con un video a la provocación lanzada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que en un tuit publicó: “El @INEMexico es el órgano electoral más costoso de toda América Latina y no hace valer la democracia. Les falta voluntad. #INETraidosALaDemocracia.”

En el video titulado “Al chipotle” (en clara referencia a la expresión “al chile”) aparece un personaje animado en forma de chile que en tono “popular” pregunta: “¿Aaaah poco se creyeron eso de que el INE es el instituto electoral más caro de América Latina? (para responder después) El INE además de organizar elecciones emite credenciales aquí y en el extranjero, capacita a personas para que integren las casillas, fiscaliza ingresos y gastos de partidos políticos, administra tiempos en radio y televisión, además promueve la educación cívica y la participación ciudadana. Todo eso no lo hacen otros organismos en América Latina. No se dejen engañar”.

Esfuerzo infructuoso que se ha prestado para la burla y la descalificación ante la falta de seriedad e institucionalidad y que hunde más al INE y los consejeros Córdova y Murayama en la trama lopezobradorista tejida en torno al bien común y un nuevo orden político social más justo, encaminado a la austeridad en favor de los pobres y en contra de los gastos excesivos del enemigo público identificado por el presidente de la República, en una evidente apuesta en la que la revocación de mandato y su presupuesto son cuestión de política.

10 de febrero de 2022