La Tiranía del Mérito
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La Tiranía del Mérito

Alejandrina Ponce Avilés

Es el título del libro más reciente de Michael J. Sandel profesor de Filosofía Política en Harvard. Su procedencia ideológica es progresista y opuesta a los individualistas y positivistas.

Michael J. Sandel

Para algunos analistas mexicanos (1) su libro no vale la pena desde su contenido por carecer de modelos empíricos mensurables donde se demuestren sus propuestas. Como hace tiempo sé, gracias a la lectura de Pierre Bourdieu, que la ciencia tiene compromisos con la formación de los capitales culturales. Me parece que, su aportación no sólo está en expresar el contexto que, articula la molestia sociopolítica en su país. Sino en denunciar lo poco que han aportado las generaciones de tecnócratas a la vida sociopolítica del mundo.

Los tres grandes ejes de su contenido son; una crítica al neoliberalismo, a la consecuente pobreza que trajo la globalización y el efecto tiránico que provocó la meritocracia educativa de las Ivy Leagues (Conferencias deportivas) en su país.

Pero no sólo sus métodos de admisión (formar parte de una tradición familiar de exalumnos, el SAT, las donaciones millonarias y los deportes de élite), sino su falta de gratitud y humildad social para preocuparse por el bien común.

Disminuyendo la capacidad de sentirse parte de un destino común. Esta actitud es el complemento moral de la política, que dejó el neoliberalismo globalizante.

Para Sandel, las generaciones de esos alumnos que, se apoya en la retórica del esfuerzo y del mérito omiten los efectos de la globalización en el trabajo de la clase obrera blanca; desempleo por robots, deslocalización de empresas, multinacionales con plantillas de empleados, inmigración, automatismo.

Ello, además de mayor competencia en el mercado laboral dada la inclusión de; mujeres y otras minorías raciales. Para el autor, no se visualizó eso que, él define como, credencialismo. Es decir, poseer todos Alejandrina Ponce Avilés los diplomas que acreditan el prejuicio de superioridad por creer que, su éxito académico es el reflejo de su mérito.

Para él, neoliberalismo acabó con la noción de clase y también con el principio de la división social del trabajo como contribución al bien común.

”Los relegados por cuatro décadas de globalización y desigualdad en aumento sufrieron algo más que un estancamiento salarial” (4). El Fenómeno Trump.

El profesor Sandel cuestiona ¿cómo pudieron tantos beneficiarios de las pensiones, becas y subvenciones estatales en 2016 votar por Trump? El autor propone como explicación el hecho que, los progresistas abandonaron en gran medida las políticas de la comunidad, el patriotismo y la dignidad al trabajo.

Asume que el debate democrático y pluralista quedó vacío de significado y sentido en los hechos y en el debate público de su país. Desde su óptica, llenaron esos vacíos formas autoritarias; de identidad y pertenencia, el fundamentalismo religioso y el nacionalismo nativista.

Resonancias en México

En nuestro país cayó como balde de agua fría el cuestionamiento de la meritocracia en Estados Unidos. El llamado de, Primero los Pobres, visibilizó que no sólo era corrupta la mafia del poder, sino también quién los asesoraba para hacer más chico al Estado, para justificar las privatizaciones, y ensanchar la brecha salarial.

Los tecnócratas mexicanos egresados del, Cide y Colmex pero fundamentalmente del ITAM. No se veían así mismos como élite meritocrática, sobre todo los egresados de las primeras instituciones, porque que se trata de instituciones públicas, con bolsas de trabajo y cuyo sistema de admisiones es el más complejo del país.

Los segundos tipos de tecnócratas, los itamitas no podían cuestionar su credecialismo porque, las actuales élites son como dijo alguna vez Carlos Monsiváis ”generaciones de gringos nacidos en México” (2). Al igual que, otras élites globalizadas, van a las mismas Ivy Leagues y a los mismos lugares de vacaciones.

Aquí, la movilidad social vía instrucción se estancó cuatro décadas igual que en Estados Unidos. Son críticos férreos del gobierno de AMLO, no aceptan que dejaron de beneficiarse de la brecha salarial y de los cargos más importantes en las pasadas administraciones.

A esa clase ilustrada tal como sucedió con el cardenismo, se le dificulta identificarse con el votante morenista medio y bajo social. Siguiendo l analogía de Sandel en México, desprecian el origen del Presidente Obrador. Su acento sureño, los hiere su carencia de posgrados y que no hable otro idioma además del español.

Asocian la rusticidad con la ignorancia. Las revistas Nexos y Letras Libres en donde publicaba una buena parte de este gremio, no tienen más el subsidio del Estado, los medios de comunicación masivos articulados por esas élites, no paran de cuestionar la falta de libertad de expresión propia de los totalitarismos (3).

En México una parte muy grande de los intelectuales y artistas aun no aceptan que, se beneficiaron tanto del autoritarismo priista como de la corrupción del PAN por ello, no admiten la desarticulación de su nicho de comodidad que, el Estado les había prodigado. Los radical chics mexicanos no soportan lo poco sofisticado del votante lopezobradorista.

Bibliografía

(1) J. A ,Aguilar, En defensa del mérito, Nexos, 1-06-20)
(2) Linda Egan, Carlos Monsiváis,Culture and Chronicle Contemporary Mexico, The University of Arizona Press, Tucson, 2001, pp276.
(3 ) Un ejemplo representativo es el economista del Itam y presentador noticioso; Carlos Loret de Mola Álvarez.
(4) Michael J. Sandel, La Tiranía del mérito, ¿Qué ha sido del bien común? Debate, México, 2020, pp. 265

7 de junio de 2021