Lamentable atentado contra Gómez Leyva; continúa desinformación y odio de periodistas del viejo régimen
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Lamentable atentado contra Gómez Leyva; continúa desinformación y odio de periodistas del viejo régimen

Gerardo Israel Montes*

Afortunadamente Ciro Gómez Leyva está vivo tras salir ileso del cobarde atentado que sufrió el 15 de diciembre, cuando llegaba a su casa, ubicada en la colonia Florida de la Ciudad de México.

Imposible no tener empatía con Gómez Leyva al escucharlo al día siguiente, en su noticiero matutino del 16 de diciembre transmitido en Grupo Fórmula, narrar con voz entrecortada el ataque padecido la noche anterior, cuando dos sujetos a bordo de una motocicleta le dispararon mientras conducía una camioneta blindada, la cual le fue proporcionada por la empresa Imagen Televisión desde enero de 2017, por las amenazas que recibió tras la transmisión de una serie de reportajes sobre el Reclusorio Norte.

Este dato tiene que subrayarse, sobre todo porque hubo comentarios ruines, de esos que proliferan en las redes sociodigitales, cuestionando el motivo por el que un periodista manejaba un automóvil blindado. De hecho, enfatizó que ha sido la única amenaza que ha recibido desde 2017 hasta la fecha.

Durante la “relatoría” de hechos que ofreció en la emisión de su espacio radiofónico, Gómez Leyva reiteró varias veces que no sabía quién habría mandado matarlo, ni por qué, “y no voy a hacer conjeturas; por supuesto sé cuáles son las conjeturas que están volando en el ambiente, no las voy a hacer”. Posteriormente, externó su confianza y agradecimiento a la autoridad, expresó: “la vida tiene que seguir y aquí estamos”.

Y sí, la vida siguió y con todo lo que ello implica en un México lleno de insidia, odio, manipulación mediática, desinformación y noticias falsas, especialmente originado por el resentimiento de los grupos políticos que están perdiendo terreno y por los consorcios mediáticos y los periodistas del anterior régimen, quienes han perdido, además de influencia entre la opinión pública, prebendas económicas provenientes del dinero público.

Ante una agresión como la sufrida por Gómez Leyva, no debe haber ningún tipo de fobia, por más que no se esté de acuerdo con su actuar periodístico que muchas veces ha rayado en la distorsión y la manipulación informativa, o con sus preferencias políticas. Del mismo modo tampoco es honesto ni demuestra una sincera solidaridad con el conductor de noticias de Imagen Televisión y Grupo Fórmula, responsabilizar de este atentado al presidente López Obrador, como mezquinamente fue el hilo narrativo que utilizaron en sus redes sociodigitales, columnas y espacios de radiodifusión, los columnistas e intelectuales orgánicos que responden al anterior régimen, a fin de distorsionar el atentado ocurrido el pasado 15 de diciembre.

Es importante contextualizar de dónde viene esa idea mal intencionada y perversa de que, si algo llegara a ocurrirles a los periodistas “independientes” y “críticos” que supuestamente son “atacados” y “agredidos” por López Obrador en sus conferencias mañaneras, el responsable de ello sería el propio presidente de la República. Raymundo Riva Palacio fue quien extrañamente sembró esta insidia en su columna Estrictamente Personal, publicada el 6 de febrero de este año en el periódico El Financiero, con el título: El peligro de un pleito.

En dicho texto, luego de referirse a los peligros que se generarían por la supuesta postura asumida por el presidente de ver como “enemigos” a los periodistas (aunque en más de una ocasión AMLO ha dicho que no tiene enemigos, sino adversarios, el odio y el resentimiento extremo que emanan de Riva Palacio, derivado de su enojo porque le cortaron las subvenciones económicas que recibía de gobiernos anteriores, lo llevan a ser un mentiroso compulsivo), planteó : “Pelearse, insultarlos y descalificarlos, crea condiciones de alto riesgo para la integridad de los periodistas”, dijo, sin señalar a sus lectores que AMLO critica a un determinado grupo de periodistas de élite, chayoteros y propagandistas de los gobiernos del PRI y el PAN. Enseguida el columnista preguntó: “¿qué sucedería si uno de esos periodistas a los que ataca, y señala como brazo ejecutor de quienes -dice- han oprimido y perjudicado a la gente, fuera asesinado? No sería culpable del crimen, pero sí responsable. El costo político recaería mayoritariamente sobre él y habría inestabilidad por la tensión y la presión, como fue en 1984 por el asesinato de Manuel Buendía”.

En la mencionada columna, Riva Palacio resaltó que: “la palabra de los poderosos no mata, pero los climas sociopolíticos que construyen, sí. Por la cabeza de López Obrador, queremos pensar, no cruza el deseo que muera un periodista (es decir, con ese ‘queremos pensar’ el periodista dejó entrever de forma maliciosa y sin pruebas que AMLO sí podría desear la muerte de un periodista), pero la forma como se expresa de varios comunicadores e intelectuales, con su creciente sevicia oral, con epítetos y arengas que estimulan el linchamiento digital, equivale a un llamado a la acción”.

Esta peligrosa arenga disfrazada de hipótesis para responsabilizar a AMLO de un posible atentado hacia un periodista famoso (que por cierto no está al nivel de Manuel Buendía), a los que el presidente cuestiona en sus conferencias matutinas por practicar la calumnia y la desinformación, fue la narrativa a que recurrieron en perfecto nado sincronizado y, por lo que se palpa y siente, planificada de manera correcta y con antelación, varios medios, periodistas y analistas que durante años negaron espacios y lincharon a diversos integrantes pertenecientes a la izquierda mexicana, a quienes estigmatizaron como rijosos o revoltosos.

Claro que Riva Palacio, como todos los demás periodistas de su clan, omiten mencionar que cuando se dice: “la palabra de los poderosos no matan, pero los climas sociopolíticos que construyen, sí”, también aplica para los propios medios de comunicación que con sus linchamientos mediáticos que han ejercido durante años, difamando y estigmatizando a movimientos y políticos de izquierda, entre ellos a Cuauhtémoc Cárdenas y al propio López Obrador, a quien incluso veladamente han deseado que sufra un atentado, como lo externó en 2018 el “periodista” Ricardo Alemán, quien en su cuenta de Twitter, al recordar que a John Lennon lo mató un fan, expresó: “Les hablan (…) A Versace lo mató un fan. A Selena la mató un fan. A ver a qué hora, chairos”.

En esta misma tesitura, se debe recordar la portada del pasado 19 de mayo del periódico Milenio, cuya cabeza fue: Habrá “continuidad con cambio en 2024”, prevé López Obrador, la cual fue acompañada con una deleznable composición fotográfica con la imagen de una pistola agrandada apuntando hacia López Obrador; asimismo, los mensajes recurrentes que hay en Twitter criticando a López Obrador con el mensaje: “Dónde estás Aburto”, en referencia a quien asesinó en 1994 al candidato presidencial del PRI Luis Donaldo Colosio.

Pero estos elementos no los conciben los “periodistas” del viejo régimen que siempre han ejercido la libertad de mentir, difamar y manipular la información, y ahora abanderan cínicamente la defensa de la libertad de expresión.

En el contexto del cobarde atentado en contra de Ciro Gómez, entre los primeros que recurrieron a la arenga esbozada en febrero pasado por Raymundo Riva Palacio, estuvo el destacado salinista: Raúl Trejo Delarbre, autor del libro: Los mil días de Salinas de Gortari.

En su artículo “El atentado”, publicado el 18 de diciembre en el diario Crónica, Delarbre soltó: “La incontrolada violencia en todo el país, cuando se trata de periodistas es agravada por las amenazas contra informadores y medios que profiere el presidente de la República”. Y siguiendo la línea marcada por Riva Palacio, también acudió a la remembranza del asesinato de Manuel Buendía, para veladamente externar su verdadero propósito: culpabilizar a AMLO del atentado: “En aquella época, que muchos hemos querido suponer ya superada, en el poder político había albañales desde donde se disponían crímenes como ese. Hoy en día tenemos una sociedad más exigente pero el gobierno, como nunca antes, descalifica y persigue, por lo menos retóricamente, a la prensa que le disgusta”.

Para plasmar la hipocresía que se asume cuando se asesina a un periodista, Delarbre es ejemplo de ello. El 27 de marzo de 2017 abordó en Crónica el asesinato de Miroslava Breach, ocurrido el 17 de marzo del mismo año, al salir de su casa ubicada en ciudad de Chihuahua. Después de destacar el trabajo periodístico de quien fuera corresponsal de La Jornada y los asuntos álgidos que abordaba, Trejo entró en defensa del entonces gobernador de Chihuahua Javier Corral Jurado, a quien no le exigió el rápido esclarecimiento del asesinato (como sí lo hace ahora, de forma adecuada, a los gobiernos federal y de la CDMX), sino que se enfocó en destacar la campaña emprendida por El Universal en contra del mandatario local, debido a que el fin de semana del homicidio de Miroslava Breach, se encontraba jugando golf en Mazatlán, Sinaloa.

Poco menos de la mitad de esa columna la utilizó Delarbre para defender a su amigo el gobernador de la campaña emprendida en su contra por El Universal, concluyendo que: “Hay motivos para suponer que esa animadversión tiene motivos financieros. Al comenzar este año el nuevo gobierno de Chihuahua canceló numerosos contratos de publicidad (…) En total, ese diario vendió espacios al gobierno de (Javier) Duarte por 23.2 millones de pesos”.

Evidentemente, por su carácter voluble, falso y maniqueo, Delarbre nunca aceptaría que los medios nacionales que mantienen un ataque constante de distorsión informativa en contra del gobierno de López Obrador cuando ocurre el lamentable asesinato de un periodista, lo hacen, no por una crítica periodística genuina, sino porque tienen “motivos financieros”, ante el enorme recorte publicitario que han sufrido en materia de publicidad del gobierno federal, aunado a la animadversión extrema que sienten en contra de AMLO.

Otros periodistas que dieron rienda suelta al planteamiento marcado por Riva Palacio, fueron Pablo Hiriart: “El intento de asesinato a Ciro Gómez Leyva tiene culpables intelectuales, materiales, y un responsable político que trabaja como presidente de la República” (El Financiero, 19.12.22). Paola Rojas: “El hecho de que en la conferencia mañanera exista la sección llamada ‘¿quién es quién en las mentiras?’ dedicada a amedrentar a la prensa crítica es inaceptable en un país con una crisis de inseguridad como la nuestra (…) El ataque que nace verbal puede convertirse en agresión física” (#PeriodismoUnido. El Universal, 19.02.22). Claro, nunca aceptarán que en dicha sección se abordan las noticias falsas de los consorcios mediáticos, de las que el periódico propiedad de Juan Francisco Ealy Ortiz es experto en publicarlas cotidianamente.

Leo Zuckerman: “Digámoslo con todas sus letras: hoy, en México, el presidente utiliza su tribuna para atizar la polarización política y generar un clima de violencia en contra de los periodistas que lo criticamos. Ya trataron de asesinar a uno de ellos”. (Excélsior, 19.12.22). Por cierto, el también conductor del programa la Hora de Opinar, como lo hacen otros odiadores del presidente, recurrió a los datos de la organización Artículo 19, que “defiende la libertad de expresión” y que ha señalado que “cada 14 horas se agrede a un periodista o medio de comunicación por ejercer su labor en México”.

Si bien el director regional de Artículo 19, Leopoldo Maldonado, así como otros integrantes de esta organización, ofrecieron declaraciones en diversos medios de comunicación solidarizándose con Gómez Leyva, en donde también repitieron la falacia de hacer pasar las críticas que dirige AMLO a la prensa que responde a los intereses del anterior régimen, como un discurso hostil a los periodistas en general, hasta el 23 de diciembre en la sección de “Alertas” del portal de internet de esa organización, no se había emitido un documento formal abordando y condenando el atentado contra el conductor de Imagen Televisión.

Es oportuno hacer un paréntesis que viene muy acorde con el uso convenenciero que se da al tema de los ataques a los periodistas, para recordar la polémica que tuvieron en febrero de 2015 el entonces director de la oficina en México de Artículo 19, Darío Ramírez, y Ciro Gómez Leyva, quien, de forma iracunda, defendió la designación que hizo el entonces presidente Enrique Peña Nieto a favor de Virgilio Andrade como secretario de la Función Pública, en pleno escándalo de la Casa Blanca.

Como es de imaginar, Ciro era, de hecho sigue siendo, amiguísimo de políticos priistas, por lo que en aquel mo­mento cuestionó las críticas que se enderezaron a Peña, tras designar a un personaje de bajo nivel y quien además era su amigo, para combatir el conflicto de interés en decisiones de la administración pública. Irritado por el ataque a Peña Nieto, el 9 de febrero de ese año, en su columna de El Universal, con el título de: “Lo cómodo y rentable que es lloriquear desde la Condesa”, Gómez Ley escribió cuestiones retrógradas, como la siguiente: “La transparencia que se exige hoy de los políticos es cualquier cosa menos una demanda política. El imperativo de transparencia sirve para descalificarlos”; al mismo tiempo externó su sorpresa porque los analistas no preguntaban “por qué fue el propio presidente quien pidió que se le investigue; a él, su esposa (Angélica Rivera) y el secretario de Hacienda”.

Luego de recurrir a reflexiones del filósofo Byung-Chul Ha para criticar a las organizaciones de la sociedad civil “que no parecen tener más voluntad y/o capacidad que escandalizar y suprimir toda confianza en la autoridad”, Ciro arremetió violentamente: “Un ejemplo. La página de Artículo 19 (article19.org) no tenía ayer referencia ninguna sobre el atentado a El Mañana de Matamoros, y la última nota sobre el asesinato del periodista veracruzano Moisés Sánchez era del 9 de enero. No me extraña. Tampoco supimos de ellos cuando nos secuestraron y asesinaron reporteros, o el lopezobradorismo agredió y robó a nuestros compañeros en 2012. Eso quizás obedezca a que la prioridad del director de la oficina en México de Artículo 19, Darío Ramírez, esté en otros asuntos. Por ejemplo, en escribir para ‘desenmascarar’ a quienes vieron (vimos) en la propuesta del presidente Peña Nieto un esbozo de autocrítica y un paso institucional contra el conflicto de interés”.

La respuesta por parte de Darío Ramírez al oficialista Gómez Leyva vino un día después, en un artículo publicado en el portal de sinembargo.mx: “Rigor, Ciro, rigor”, Ramírez desmenuzó los errores e inconsistencia éticas del priista Gómez Leyva.

“Ni se busca escandalizar ni lloriquear. No es mi caso ni tampoco supongo el de críticos como Mauricio Merino o Jesús Silva-Herzog Márquez o muchos otros que han reparado en lo insuficiente, errático y mal lograda acción presidencial de poner a su amigo a investigarlo en vez de tomar la oportunidad y cambiar el destino ejecutando acciones inequívocas de rendición de cuentas (…) ¿En serio tan pobre es tu talante democrático que crees que criticar al presidente es lloriquear?”, respondió contundente Ramírez a Gómez Leyva, para luego enlistar las equivocaciones de Ciro: “Con un poco de rigor en la investigación para la columna, podrías haber acertado cuál es la página de Artículo 19. Todas las publicaciones de Artículo 19 Oficina para México y Centroamérica se encuentran albergadas en www.articulo19.org”. Ese traspié tan simple llevó a aseveraciones falsas sobre la labor de la organización.

Después Darío Ramírez evidenció la nula empatía de Gómez Leyva con los ataques al gremio periodístico, al hacerle notar que: “Sugerir en la columna que no atendimos hechos que tenían que ver con el Grupo Multimedios es, otra vez, falso. Del 2010 a la fecha sacamos 5 alertas que tenían que ver con ataques a instalaciones o periodistas de esa casa editorial. Échales un ojo. Logro notar algo de exigencia sobre la supuesta no actuación de Artículo 19 en ciertos casos. Valdría hacer una pausa en el camino y preguntarte: ¿Por qué esa exigencia no se la diriges al que verdaderamente es responsable de la seguridad de los periodistas: los gobiernos? ¿Por qué no he escuchado o leído de tu parte un continuo y enérgico reclamo contra Peña ya que en su sexenio van 10 (diez) periodistas asesinados? ¿Dónde está esa punzante y sostenida crítica a Javier Duarte en cuyo sexenio 11 (once) periodistas han sido asesinados? De escándalo, ¿no crees?”.

Lo expuesto por el entonces directivo de Artículo 19 evidenció ese otro talante de Gómez Leyva de no creer en la transparencia y de poca afinidad a las agresiones a periodistas durante el gobierno de Peña Nieto, misma postura que mantuvieron casi todos los periodistas e intelectuales que ahora responsabilizan a AMLO del ataque al conductor de Imagen Televisión.

Volviendo al cobarde atentado ocurrido en la colonia Florida, después del nado sincronizado de los periodistas del anterior régimen para responsabilizar a AMLO del atentado, continuaron con los pasos que marca su manual de distorsión informativa y el 20 de diciembre publicaron una carta abierta donde reiteraron su acusación en contra del presidente, la cual fue signada por 180 periodistas, quienes, tras el triunfo presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2018, han venido aplicando una deleznable estrategia de odio, mentiras, desinformación y manipulación informativa.

Ahora resulta que quienes emanan odio a cada palabra que expresan, ahora dicen que el presidente los odia y le achacan que: “De no autocontrolarse el presidente López Obrador en sus impulsos de ira hacia periodistas críticos, el país entrará en una etapa aún más sangrienta que ya han experimentado otros países latinoamericanos: asesinar periodistas para desestabilizar al gobierno, o matar en pago de favores al gobierno”, plasmaron en su pronunciamiento, el cual fue avalado por Gómez Leyva, quien contradijo su afirmación inicial de que no haría ninguna conjetura.

Ante la advertencia lanzada por los periodistas del anterior régimen, idéntica a la realizada por Riva Palacio en febrero pasado, respecto a que habrá más asesinatos de periodistas, las autoridades de la Ciudad de México y los órganos de inteligencia del gobierno federal, deben aclarar pronto quién o quiénes ordenaron el asesinato de Gómez Leyva, y la posibilidad de que estén planeando nuevos atentados.

*Periodista y analista

@GerardoIMontes

12 de enero de 2023