Los medios continúan debiendo imparcialidad y profundidad en proceso electoral
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Los medios continúan debiendo imparcialidad y profundidad en proceso electoral

Alma Rosa Alva de la Selva

En el arranque de las campañas de la que ciertamente constituye la elección de mayores dimensiones del país (en tanto están de por medio 500 escaños de la Cámara de Diputados, la renovación de 1063 diputaciones de 30 congresos locales, 15 gubernaturas y 1926 ayuntamientos en 30 entidades), la cobertura de los medios, ya sea los llamados tradicionales como los digitales presentó comportamientos que mueven a la reflexión.

En principio, vale anotar que la importancia del evento electoral en el cual coincidirán comicios federales con estatales no sólo responde a su magnitud cuantitativa, sino también al carácter crucial que reviste para el partido que tiene las riendas del poder. En efecto, en esta elección el partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), se estará jugando la mayoría absoluta que tiene hasta ahora en la Cámara de Diputados, además
Los medios continúan debiendo imparcialidad y profundidad en proceso electoral de otras posiciones clave para la continuidad en los próximos años del proyecto del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, de la variedad de puntos de análisis, como también del manejo diferenciado de la cobertura sobre el mencionado evento político que realizaron los distintos medios, fue posible identificar algunas características:

La persistencia de los sesgos en determinados espacios de noticias de conductores quienes, entre otras perniciosas prácticas y sin moderación alguna, mezclan la información con la opinión, por lo general con intenciones descalificadoras para el partido o los políticos identificados con la “4T”.

Figuran también los espacios donde se ha tomado cierta distancia frente a manejos o estrategias informativas que desde una aparente imparcialidad buscan al menos desmarcarse de los ya escasamente efectivos embates de la “guerra sucia” contra el blanco político constituido por el tabasqueño. Además, se encuentra la postura de una porción minoritaria de la maquinaria mediática que busca apegarse a la veracidad de la información en materia electoral, incorporando mecanismos de verificación de la misma y documentando los contenidos que publica.

Ese es, el panorama que arrojó una mirada general a las coberturas realizadas por los medios de comunicación durante el primer mes de las campañas electorales, que comenzaron el 4 de abril y concluirán el 2 de junio, con el bombardeo de casi veinte millones de spots en la radio y la televisión del país como telón de fondo.

Por cierto, en medida considerable, éstos spots reflejan que la “guerra sucia” sigue marcando la pauta en las contiendas electorales, ya que en los discursos la desacreditación y el uso de adjetivos peyorativos rebasan con mucho a las propuestas de los diez partidos nacionales y las coaliciones que varios de ellos armaron para estos comicios intermedios, que bien podrían recordarse como “la elección de las campañas anti 4T”. En tanto las instituciones políticas opuestas a Morena se unificaron en el discurso en contra de dicho partido.

Resistencia ante el cambio o tenue apertura

Como era de esperarse, en los medios tradicionales continúa, en algunos casos atenuado, el sesgo informativo desfavorable hacia la coalición “Juntos Haremos Historia”, que aglutina a los partidos Morena, Encuentro Social y del Trabajo. La información sobre la coalición “Va por México”, integrada por el Partido Revolucionario Institucional (PR), Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en lo general se presenta más balanceada.

Si en el espacio televisivo se aprecia que Milenio intenta presentarse más abierto e imparcial ante las diferentes opciones políticas, en el caso de Televisa la información sobre el suceso político más importante del año resulta minimizada ante la carga y dominio de las notas (casi reportes policiacos) cotidianos de asaltos en zonas urbanas, “ajusticiamientos” del crimen organizado, accidentes, robos y otros problemas de ese carácter predominantes en sus espacios de noticias, ya sean éstas presentadas por Denise Maerker, Paola Rojas, Francisca Vega o Julio Patán, entre otros.

Así, dicho contenido informativo, característico desde hace tiempo en los noticiarios de la empresa se mantuvo en la primera línea de su jerarquización, con todo y el acontecimiento electoral.

En cuanto a TV Azteca, sorprende un Javier Alatorre más mesurado para la presentación del material informativo para el tema, con escuetos comentarios y escasas intervenciones propias. Esto, si se toma en cuenta que hace un año sus críticas y desautorizaciones al subsecretario de la
Secretaría de Salud, Hugo López Gatell en contra de las medidas aplicadas para contener la pandemia en el país, fueron motivo de polémica.

Por lo que toca a otro de los espacios de noticias nocturnos, fiel a su estilo y compromisos, Ciro Gómez Leyva, en Grupo Imagen TV editorializa sin recato ni asomo de ética periodística alguna, ni reparar en que desde hace tiempo las “campañas negras” contra AMLO, y ahora contra la “4T” no surten el efecto logrado en el 2006. Salpicando de ironías sus intervenciones, Gómez Leyva hace de Imagen Noticias una emisión abiertamente parcial y que atiza la polarización política.

No obstante el impacto implícito que representa en “La Octava TV”, la salida de varios periodistas de relevancia, quienes trataban los temas políticos con pluralidad y rigor periodístico (como Julio Hernández el año pasado, y recientemente de Álvaro Delgado y Alejandro Páez), hasta ahora esa cadena televisiva realiza coberturas del tema electoral con sobriedad y confiriendo espacios considerables para el mismo en sus emisiones noticiosas.

En ese sentido, el reciente arribo a las pantallas de esa cadena televisiva de la periodista Carmen Aristegui, cuya apertura a la diversidad de voces, manejo equilibrado de la información político electoral y profesionalismo son reconocidos, ha compensado en cierta medida la ausencia de los profesionales citados, que continúan haciendo falta en la otrora “pantalla chica”.

Vale señalar también que La Octava TV, en la línea de una visión crítica, ha ofrecido a la audiencia espacios de análisis político sobre el tema, conducidos por Hernán Gómez y un noticiario nocturno, conducido por el experimentado periodista Rubén Luengas, donde se ha conferido especial atención al tema.

En la televisión pública, se aplica una cobertura sobria, cuidadosa y con información oportuna sobre los sucesos más relevantes de la próxima contienda electoral. Con ello, Canal 11, Canal 22 y Canal 14, entre otros espacios, han ganado presencia y credibilidad ante los televidentes.

En cuanto a la radio, puede decirse que si bien las coberturas periodísticas sobre las campañas han recibido mayores tiempos que en la televisión, las posturas se muestran más polarizadas.

El dial es una fuente de contrastes: mientras que periodistas como Aristegui, Luis Armando Rocha o Jaime Núñez se esfuerzan por presentar posturas lo más objetivas y con mayor diversidad posible, en otros casos la intención de desacreditar a determinados actores políticos (en especial, al presidente López Obrador) o al partido político de mayor incidencia (Morena) se hace patente, ya sea a través de sarcasmos o mediante críticas insuficientemente sustentadas.

Tal actitud resuena en los micrófonos de comunicadores conocidos por esas prácticas. Por ejemplo, los programas noticiosos de fin de semana de Enrique Muñoz Ramírez, además de la mezcolanza entre información y opinión, en lo que viene a constituir una clara transgresión a los derechos de las audiencias.

En sólo algunos de los espacios noticiosos de radio y televisión se presentan análisis serios de especialistas en análisis político o de académicos expertos en el tema electoral.

Por lo que toca a la prensa, sobre todo en lo referente a los “diarios nacionales”, puede señalarse que las coberturas han sido heterogéneas en cuanto a espacios dedicados al tema y con posturas encontradas. Por ejemplo, frente a los frecuentes dardos del diario Reforma sobre todo a la figura presidencial vía las ocho columnas de la primera plana, La Jornada ha destinado amplios espacios al tema electoral, con énfasis en una visión de contexto sobre los hechos, más que sobre determinados actores políticos.

Otros importantes diarios, si bien establecieron en su agenda como prioritario el asunto electoral, al menos en el arranque de las campañas, abordaron éste en sus coberturas sin el necesario y sano contraste de opiniones, no obstante que en otras etapas del periodismo mexicano, esa visión sería una de las fortalezas de la prensa a lo largo de décadas de restricciones y censura para el manejo de la información político-electoral en los medios electrónicos.

Por lo que respecta a los portales digitales de noticias, en términos generales es posible señalar que la cobertura de las campañas ha recibido una significativa atención. En el caso de algunos de los mayormente consolidados, se apostó a ganar confiabilidad ante los usuarios de las redes. Es el caso del portal animalpolitico.com, en cuyo sitio es posible constatar el seguimiento que se aplica a los asuntos relacionados con los comicios del 6 de junio, así como la trascendencia de dicho evento político (cuenta con la sección “Elecciones 2021”, que provee de información sobre aspectos coyunturales del tema, así como de mecanismos de verificación de información).

En el caso del portal sin embargo.com, la cobertura sobre el tema es riguroso y con actualización constante vía la unidad de datos generada por el portal. Es claro que el tema es de orden prioritario para los periodistas de dicho medio digital.

Los titulares para Salgado y Morón

Como parte final del recorrido por la cobertura mediática destinada a las campañas electorales del 2021, vale destacar que en el periodo del 4 al 20 de abril, revisado para efectos de este trabajo, los hechos relacionados con los comicios fueron múltiples. Aunque destaca el tema de la cancelación de los candidaturas de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón Orozco, aspirantes a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán, respectivamente, que recibió mayores espacios mediáticos, incluso más que los lamentables sucesos de violencia o el tema de la “sobrerrepresentación” de Morena en el poder legislativo, a pesar de su mayor alcance político.

Fueron ríos de tinta y cuantiosos los espacios que se destinaron al asunto del freno del Instituto Nacional Electoral (INE), y luego del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a los dos políticos morenistas. Sin embargo, tal cobertura se caracterizó por presentar datos reiterativos sobre el asunto y destinar amplios espacios al mismo, menos que en profundizar en el contexto del suceso y sus posibles implicaciones.

El aparente equilibrio informativo se vio seriamente disminuido con la difusión de la negativa a las candidaturas mencionadas, que se convirtió en amplificación mediática y en la mayoría de los casos, a favor del fallo emitido por el órgano electoral, con escaso análisis de por medio.

En contrapunto, los contenidos informativos sobre el evento electoral hicieron de lado el importante hecho de la vinculación a proceso establecido para la candidata por el Partido Acción Nacional (PAN) para la gubernatura de Chihuahua, María Eugenia Campos, por delito de cohecho, en tanto es acusada de haber recibido 9 millones de pesos de soborno de César Duarte, cuando éste era gobernador del estado y ella diputada local.

Tampoco fue motivo de múltiples notas la imputación adicional de la cual la política panista fue notificada a mediados de abril, por el delito de fraude procesal. Este caso fue minimizado notoriamente.

Como corolario, es posible afirmar que a nivel general, los medios del país continúan debiendo a sus radioescuchas, televidentes, lectores y usuarios un trabajo equilibrado, pertinente, sin sesgos y con la veracidad como otra de las “reglas de oro” del periodismo profesional y comprometido con su función social.

28 de mayo de 2021