Miguel Ángel Granados Chapa: periodista impecable y actor social inquebrantable
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Miguel Ángel Granados Chapa: periodista impecable y actor social inquebrantable

* Expertos participaron en la Mesa II de la Semana de Miguel Ángel Granados Chapa. 11 años, 11 resonancias

Miguel Ángel Granados Chapa era lo mismo un individuo que ejercía su ciudadanía, que un actor social que colaboró en la formación del Instituto Federal Electoral (y del que fue consejero), así como un destacado periodista en medios como La Jornada, UnomásUno o Excélsior, siempre con una posición crítica dentro del propio medio, sostuvo el director general y fundador de Animal Político, Daniel Moreno Chávez.

Durante la Mesa II de la Semana de Miguel Ángel Granados Chapa. 11 años, 11 resonancias, realizada en la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Moreno Chávez destacó que los escritos del autor de Plaza Pública siempre fueron con mesura, ponderando pruebas, brindando análisis, información, con ausencia de adjetivaciones. “Hoy, ser articulista implica básicamente tener un buen diccionario de sinónimos y muchos adjetivos como para poder desarrollar un tema”, admitió.

Por ello resulta necesario recuperar la memoria histórica de los trabajos informativos de aquellos que construyeron el periodismo independiente en México, sobre todo a partir de 1976, por todo lo que significó la salida de Julio Scherer García y su equipo de Excélsior; reporteros brillantes que aportaron revelación, ética, rigor, análisis, como lo fue el trabajo de Granados Chapa.

Hoy en día, y desde hace varios años, la opinión de estos profesionales ha servido para legitimar las líneas editoriales, muchas veces oficialistas de medios tradicionales, que se llenan de plumas en la parte de opinión y presumen pluralidad, pero que en términos estrictos hacen el mismo periodismo de toda la vida. Ese es uno de los contenidos fundamentales que habría que rescatar de quien fuera director de Radio Educación, quien anteponía la mesura, el rigor y el equilibrio para favorecer el entendimiento del lector.

Jorge Carrasco Araizaga, director de la Revista Proceso, narró el surgimiento de ese medio como el resultado de una confrontación del poder contra un grupo de reporteros que fue expulsado de Excélsior y que dio vida, en 1976, a esa publicación. Granados Chapa conjuntó la labor periodística con la de actor social, y siempre fue muy claro en la contribución que debe ofrecer la prensa en el devenir democrático del país.

En el número uno del semanario Proceso, el también fundador de La Jornada hizo la editorial en la que explicaba las razones de ser de la revista, con un planteamiento de la relación de la prensa con el poder, argumentando que no se trata de prolongar el enfrentamiento con éste, sino de mantener un pensamiento crítico y contribuir a la construcción democrática del país.

El fundador y director general de Grupo Reforma, Lázaro Ríos Cavazos, supuso que el nuevo entramado institucional que la llamada Cuarta Transformación ha desarrollado para sí misma, habría sido un platillo jugoso para Granados Chapa, sabiendo la manera en que veía el poder basado en el uso de las instituciones como el vehículo para la toma de decisiones.

Ríos Cavazos destacó el método con el que trabajaba el autor de La banca nuestra de cada día; “sus archivos perfectos, su memoria impecable y su decir prácticamente inobjetable”. Así, él podía navegar, en una sola edición, entre opinión, editorial, columna; “tenía esa gran capacidad de patinar sin perder el equilibrio entre esos tres escenarios difíciles de manejar”; dar su punto de vista, brindar los datos suficientes como columnista, y como editorialista poner un tema coyuntural sobre la mesa.

La periodista, analista política, editora y escritora Rossana Fuentes Berain Villenave describió a Granados Chapa como un “escritor pulcro y muy puntilloso”. A propósito de las nuevas plataformas digitales que hoy pueden dar voz al ciudadano común, citó un texto de él que dice: “No nos deslicemos a la desgracia, menos aún caigamos de súbito en su abismo; cada quien, desde su sitio, sin perder sus convicciones, pero sin convertirlas en dogma que impida el diálogo, evitemos que la sociedad mexicana se disuelva”.

20 de octubre de 2022