Pioneras en los estudios de comunicación en México
Comunicación, Hemeroteca

Pioneras en los estudios de comunicación en México

Elvira Hernández Carballido

Pachuca, Hidalgo.- “Entonces, más que soy es estoy, de distintas maneras. No me gustaría decantarme por una definición de soy o no soy académica. Creo que sí soy, y también soy activista y soy intelectual. Pero me gusta más la otra formulación, me hace sentir más viva, más cómoda, más vitalmente comprometida con lo que me importa… confiesa Rossana Reguillo en el libro “Mujeres de la Comunicación”, ella es una de las pioneras que entró en este ámbito para brillar, para debatir y para persuadirnos que aquí estamos nosotras marcando pauta con nuestras investigaciones.

       Si reconocemos que el campo de la comunicación tuvo como punto de partida el estudio del periodismo en las universidades y después una licenciatura como tal, surgida en la Universidad Iberoamericana, el punto de partida de esta historia empieza a mitad del siglo XX, donde la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en la UNAM, fue la gran precursora. De acuerdo con datos compartidos en la tesis de María Estela Pineda (1986), es complicado precisar el número de mujeres que ingresaron en esos años, ya que muchas veces los registros no se desglosaban por género. Sin embargo, aportó los siguientes datos reportados:

AÑOSHOMBRESMUJERES
1951-1952535
1953 – 1975GeneralGeneral
1976553423
1978187205
1980726787

Estos datos son significativos porque puede advertirse el crecimiento y la forma como la presencia femenina estuvo latente tanto en el estudio del periodismo como al convertirse en ciencias de la comunicación, a finales de los setenta. Puede observarse que la presencia de las mujeres en un inicio fue muy reducida y puede suponerse que, en esas décadas sin registro, poco a poco, ellas fueron reconociendo que en ese espacio podían desarrollarse.

Será precisamente en esos años cuando algunas de ellas presenten sus tesis y por diversas razones se conviertan en investigadoras en la UNAM. Quienes han cumplido cinco décadas trabajando en ello son: Susana González Reyna, en 1970 presentó su tesis: Los artículos de opinión y los obreros informativos. Ella continúa como profesora investigadora en la UNAM y entre sus textos más representativos están: Manual de redacción e investigación documental, (1979); y, Periodismo de Opinión y discurso (1999). En estos últimos años, González Reyna es titular de un seminario de periodismo donde con colegas y jóvenes de la academia publica una colección de libros que teorizan en torno al discurso periodístico.

En tanto, Lourdes Romero Álvarez, se tituló con el texto Un programa de corrección de estilo (1971), se jubiló en 2019, pero marcó pauta al abrir la línea de investigación sobre narratología, coordinó libros como Espejismos de Papel. La realidad periodística (2006) y presentó textos individuales como La realidad construida en el periodismo. Reflexiones teóricas (2006). 

También en1971Guillermina Baena Paz presentó Métodos y técnicas de investigación periodística. Después dio a conocer textos que describían la práctica de los géneros periodísticos, pero después se especializó en la Ciencias Política y Estudios Latinoamericanos.

Durante esa década de los setenta apareció un texto considerado una obra ya clásica: Crítica a la comunicación de masas, escrita por Florence Toussaint. Ella evocó de esta manera el contexto en que se creó dicho estudio:

En esa época me convertí en profesora del CCH Naucalpan, donde trabajé durante un año y medio. La mayoría de quienes nos integramos a esa recién nacida institución universitaria éramos jóvenes universitarios, que apenas estábamos en la licenciatura, pero la propuesta pedagógica a la que nos integramos daba libertad, una gran identidad y, sobre todo, el entusiasmo de formar una juventud crítica y pensante. Fue así como se nos ocurrió hacer unos textos que apoyaran a cada generación en diversas asignaturas que se impartían, entre ellas estaba una sobre comunicación. Y que me proponen escribir un texto, al que ellos le pusieron el nombre: “Crítica a la información de masas”. Muerta de miedo, les dije que sí. Fue en 1975. Varios colegas me dieron ideas y me apoyaron en algunos puntos para desarrollar, fue así como presenté un texto donde se explicaba la comunicación a partir de tres grandes corrientes sociológicas: Funcionalismo, Estructuralismo y Marxismo.

La importancia del texto fue calificada de la siguiente manera por Galindo, Karam y Rizo:

Para la comunicología mexicana esta obra es básica. Primero, por la época en la que surgió, los años setenta, momento de emergencia del campo académico de la comunicación en el país. Además de su carácter pedagógico, destacamos el carácter de divulgación de este libro, ya que en él se agrupan algunos de los autores fundamentales para la comunicología en tres grandes corrientes o paradigmas. La intención de la obra es ser una guía para la comprensión de estas tres corrientes de pensamiento social y comunicológico, una introducción a los principios conceptuales, teóricos y analíticos que cada una de estas corrientes aportó a los estudios sobre comunicación de masas. Pese a que la obra no reflexiona en profundidad sobre cada uno de los enfoques que se presentan, consideramos que se trata de un libro importante para la comunicología mexicana, sobre todo por su valor pedagógico y divulgador de teorías que se encuentran dispersas en un sinfín de obras y que aquí, aparecen agrupadas y expuestas de forma sintética.

      Toussaint no ha dejado de investigar y marcar pauta en algunas temáticas. Así, durante los ochenta apuntaló la línea de historia de la prensa y publicó otro texto significativo: Escenario de la prensa en el porfiriato, reeditado en 2019. Recientemente ha dado a conocer textos con análisis crítico sobre los medios públicos.

La actual directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Carola García Calderón, fue pionera con su tesis de licenciatura, defendida en 1978, y después convertida en libro: Revistas femeninas. La mujer como objeto de consumo.

Egresada de la Universidad Iberoamericana, Fátima Fernández Christlieb, quien después se integraría a la UNAM al iniciar la década de los ochenta, publicó un texto que se convertiría en una clásico de este ámbito, Los medios de comunicación masiva en México (1982). Nuevamente Galindo, Rizo y Karam reconocen el valor de estas obras pioneras:

La obra que tiene este campo para el estudio de la difusión es significativa, sobre todo en el caso mexicano, ya que fue de los primeros libros en abordar el estudio de los sistemas de información pública con esta perspectiva. Este libro aporta para el medio mexicano una tendencia de estudio que al momento de su primera redacción (finales de los años setentas) era novedoso o de menor uso en México.

Después Fernández Christlieb, junto con Margarita Yépez, publicó otro texto representativo de los estudios de la comunicación porque, como se indicó en el prefacio, estaban en búsqueda “de coherencia, sentido, globalidad en la teoría que se ha producido en este campo”. La antología llevó como título Comunicación y Teoría Social (1984) y fue editada por la UNAM. Integrada por 17 textos. Realmente conmueve ver las semblanzas de esos jóvenes profesores, la mayoría solamente con estudios de licenciatura, que buscaban fortalecer su campo de estudio. Ahí están Jesús Martín Barbero, Raúl Trejo, Javier Esteinou, pero también mujeres que querían marcar pauta en este contexto académico:

Rosalba Cruz Soto, Guadalupe Escamilla, Florence Toussaint, Yolanda Zamora, Susana Becerra, Laura Aguilar Fish, Mabel Piccini, Tatiana Galván Haro, Ana Goutman y Virginia López Villegas.

Justo antes de terminar la década de los setenta, este grupo y otros más, fundaron la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC), cuyas primeras presidentas fueron Fátima Fernández y Beatriz Solís Leree. Esta última es otro pilar significativo de los estudios de comunicación en México. En 1974 se convirtió en titular del departamento de Educación y Comunicación en la Universidad Autónoma Metropolitana. Pionera siempre, actualmente es referente obligado para comprender el derecho de las audiencias. De la misma institución ha destacado Carmen de la Peza, quien domina tres líneas de estudio: Significación y Recepción, Políticas de la Lengua y Música y discursividades.

Entre sus primeros textos pueden mencionarse: “Desarrollo de la enseñanza de la Comunicación en América Latina: necesidades que pretende satisfacer” (1978), “La publicidad y medios de comunicación colectiva en México” (1980), “La inscripción de los poderes en el juego infantil” (1983) y “Modelo para armar: la carrera de comunicación de la UAM-X. Evaluación de una experiencia” (1988). Otra de las primeras presidentas de AMIC y precursora en los estudios de la radio, es Alma Rosa Alva de la Selva, considerada por todas las generaciones que han estudiado con ella como una docente comprometida. En 1982 publicó su primer texto Radio e Ideología, y desde una perspectiva crítica ha analizado las grandes transformaciones de los escenarios de la comunicación como puede advertirse en Telecomunicaciones y Tic en México (2015).

Durante esa década de los ochenta llegaron de Sudamérica otras investigadoras que consolidaron su trayectoria en México, una de ellas fue Delia Crovi, jubilada en 2018, que durante esos primeros años en tierra mexicana publicó: ¿Comunicación o tecnología educativa? (1985) y Cambiar la perspectiva en la enseñanza de la comunicación (1989). Pronto sus artículos se convirtieron en texto citados en tesis y diversas investigaciones. Otra de ellas es Inés Cornejo, que al llegar a nuestro país se integró a la Universidad Iberoamericana donde realizó una maestría en comunicación, en 1985. Ese año entró a trabajar al Instituto Nacional Indigenista, donde realizó su primer estudio de recepción de la radio en las comunidades indígenas y  publicó su primer libro sobre el tema, asunto que sigue trabajando con la pasión que la caracteriza.  

    De igual manera, Silvia Molina y Vedia, en la UNAM, ha desarrollado la línea de comunicación política.

Cabe destacar que algunas universidades de los estados empezaban a abrir sus licenciaturas y áreas académicas en comunicación, principalmente en la década de los ochenta.  Es así como en la Universidad de Guadalajara Sarah Corona empezó a publicar trabajos como El genio en la botella. Un uso activo de la comunicación (1984). En los últimos años ha logrado consolidar los estudios de la comunicación intercultural. Bien se dijo de ella en el libro Mujeres de la Comunicación:

Sarah Corona Berkin es una investigadora de la mirada: la mirada propia y la mirada de los otros. Desde los inicios de su trabajo académico se ha centrado en la relación entre comunicación y educación, desde su postura de ver y hacer con los otros. A lo largo de los años, la pluralidad de sus propuestas teórico-metodológicas la han consolidado como una investigadora original y prolífica… La autora de la mirada, se concluye que la suya es una obra construida en diálogo perenne entre diferentes, con un ímpetu por construir algo nuevo, que cuestione la imposición de la verticalidad y que cristalice la convivencia de saberes de manera pública. La suya, es una voz que contiene muchas otras, cuyo eco resuena fuerte por los más diversos rincones de Latinoamérica y el mundo.

También de la Perla Tapatía, Celia del Palacio Montiel ha marcado la pauta al ser pionera en la línea de investigación de la historia del periodismo. Ella misma evocó su fascinación por esa mirada al ayer de la prensa:

Sí, desde esos primeros años de estudiante universitaria supe que la hemeroteca era mi hábitat natural. ¡Qué lugar tan maravilloso! Entonces, decidí hacer mi tesis sobre un tema relacionado a ese proyecto de investigación. Así que revisé con atención y verdadero interés las publicaciones literarias del estado, descubrí lo que pensaban los liberales de Jalisco a través de sus ensayos y poemas publicados. Además, qué miedo, publiqué mi primer texto académico, en coautoría con Wolfgang Vogt, en la colección Jalisco desde la Revolución, 1987, en el tomo dedicado a la literatura y la prensa que circuló durante ese periodo revolucionario.

Desde entonces, Del Palacio ha fomentado estos estudios, abierto espacios de reflexión como la Red de Historiadores de la Prensa en Iberoamérica. En la actualidad sus investigaciones sobre la violencia que sufre el periodismo mexicano han permitido argumentar con datos precisos lo preocupante del problema. Su prestigio ahora brilla en la Universidad Veracruzana donde fundó el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación.

Rossana Reguillo, del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) marcó pauta con sus investigaciones sobre culturas juveniles, siempre con la certeza de que la investigación es significativa y debe fomentarse.

¿Faltan más? Seguramente, evoco la fuerza de María Antonieta Rebeil, el alma sonora de Martha Romo, la sabiduría de María Elena Hernández Ramírez, las certezas de Mabel Piccini, las enseñanzas de Blanca Aguilar Plata, el pasado de la prensa evocado por Irma Lombardo, la inolvidable constancia de Soledad Robina… Tantas más, y cada una de ellas, por el momento en que nació, por la época en que llegó a las aulas universitarias, por la fecha del primer libro publicado, las considero pioneras en los estudios de comunicación.

Hoy, otros espacios se han abierto, las licenciaturas y posgrados en comunicación cada vez van brotando en los escenarios académicos, pero siempre debe recordarse que hubo una primera, atrevida o ilusionada, segura y confiada, que abrió la primera puerta para que ahora muchas de nosotras podamos seguir sus pasos y abrir más portones, ventanas, agujeros en el cielo, páginas de libros, reflexiones impresas. Gracias a nuestras maestras que, en esa década de los setenta y ochenta, brillaron con su propia luz.

8 de marzo de 2022