¿Qué periodismo necesita México?
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¿Qué periodismo necesita México?

El periodismo en México vive una de sus mayores encrucijadas de los últimos cien años. A diferencia de la política editorial complaciente y de autocensura que imprimieron en titulares y noticiarios durante décadas a favor de los presidentes en turno, ahora las empresas periodísticas y sus colaboradores se han convertido en entidades opositoras y arietes políticos contrarios a la administración del gobierno de la Cuarta Transformación, olvidando la pluralidad informativa y el derecho a la información de los ciudadanos.

Una de las razones de aquella crítica permanente que en ocasiones se explica por la decisión del presidente López Obrador de reducir sustancialmente el gasto publicitario destinado a esas empresas, así como por las recurrentes críticas desde las conferencias matutinas denunciando aquel viejo contubernio prensa-poder.

Entonces, si la mayoría de aquellas empresas adoptan posturas políticas y siembran campañas desinformativas, ¿qué tipo de prensa necesita el país, en una nación donde prevalecen desigualdades sociales, inseguridad y violación a los derechos humanos? ¿Qué tanto avanzamos en libertad de prensa, en años recientes, cuando no se conoce de presiones o persecución de periodistas por sus opiniones?

Así respondieron periodistas a las interrogantes planteadas:

La desinformación es periodismo vil: Álvaro Delgado

Director de Investigación en el diario digital Sin Embargo, columnista de El Heraldo de México y conductor de Los Periodistas en el canal SinEmbargoAlAire de YouTube

El periodismo que el país necesita, ahora y siempre, es el que está comprometido radicalmente con la verdad y el interés público. Este compromiso implica que el periodismo, por definición, debe ser ajeno a todo poder político, económico, religioso, militar, criminal y también mediático.

Álvaro Delgado asume Dirección de Investigación de SinEmbargo. Rita Varela,  la de Redacción (nota de SinEmbargo) | Julio Astillero
Álvaro Delgado

La verdad vende: un medio y un periodista que informan con la verdad atraen audiencia para darle viabilidad financiera a una empresa informativa, antítesis de los proyectos financiados desde los poderes, sobre todo el poder público. El camino del periodismo libre es sinuoso, pero la autopista del dinero fácil captura la conciencia.

Además de lo expuesto anteriormente, es importante recordar el decálogo del periodista Joseph Pulitzer:

1) Siempre luchar por el progreso y la reforma.

2) Nunca tolerar las injusticias y la corrupción.

3) Siempre combatir a los demagogos.

4) Nunca pertenecer a ningún partido político.

5) Siempre oponerse a las clases privilegidas.

6) Nunca disimular la simpatía por los pobres.

7) Siempre mantenerse devoto al interés público.

8) Nunca estar satisfecho con publicar sólo noticias.

9) Siempre ser drásticamente independientes.

10) Nunca temer atacar el mal.

La desinformación no es monopolio de los medios tradicionales, también existe en los nuevos en prensa, radio, televisión y digital. Y la desinformación no sólo es deliberada y malintencionada, periodismo vil, sino también producto de la falta de preparación de periodistas y medios. Ética es técnica, lo que significa que, además de los atributos de incorruptibilidad, el periodista debe dominar los géneros periodísticos informativos.

La Constitución garantiza la libertad de expresión y el derecho de la sociedad a la información, que ejerce quien tiene la determinación de hacerlo. En buena medida corresponde a los medios y periodistas que esas garantías constitucionales no sean letra muerta. Actualmente hay mejores condiciones para el ejercicio de esos derechos que en los gobiernos anteriores. Las pulsaciones autoritarias siempre están presentes y los hombres del poder, cualquiera que sea su signo ideológico, son por antonomasia intolerantes a la crítica. El deber del periodista es no ceder en su responsabilidad social.

Necesaria, prensa sin compromisos empresariales o políticos: Julio Hernández López

Director de La Jornada San Luis. Tiene un canal en YouTube llamado Julio Astillero y en La Jornada nacional publica la columna Astillero

México necesita una prensa sin ataduras a compromisos empresariales y políticos, crítica, honesta y profesional, que supere la larga etapa de corrupción y sometimiento a las necesidades del poder en turno. Durante décadas, la prensa mexicana fue, con salvedades que han sido absolutamente notables, corresponsable de la postración del país, practicante de vicios de encubrimiento de acciones lesivas al interés nacional y obstructora por sistema de procesos democráticos.

A pesar de algunas acciones llamativas, a la par de importantes (en especial, las conferencias mañaneras de prensa y la reducción del presupuesto federal para convenios de publicidad), el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no ha podido establecer y desarrollar una política de medios que sea realmente transformadora, con sentido popular y democrático.

La 4T, una “campaña de mercadotecnia”: Julio Hernández
Julio Hernández

En ese contexto, las empresas periodísticas convencionales no están viviendo un proceso viable y real de cambio sino un bache que esperan superar si logran impedir la continuidad de la llamada Cuarta Transformación. Por sí mismas, pues, ese tipo de empresas no ofrecerán información crítica, profesional y ética. Por el contrario, optan por las noticias falsas, la exageración y la opinión tramposa para tratar de regresar a los paraísos vividos con los gobiernos de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional.

Es una ironía que haya una extraordinaria libertad de prensa y de expresión, propiciada por la actual administración pública federal y, al mismo tiempo, el periodismo crítico siga sufriendo acoso, amenazas y agresiones por parte del crimen organizado, gobiernos estatales y municipales y que la línea editorial-comercial de muchas empresas siga restringiendo esas libertades, sujetando a sus mal pagados trabajadores a obedecer instrucciones distorsionantes, por encima del genuino interés periodístico. Incluso el espacio que un tiempo se supuso libérrimo, el de las redes sociales, se ha ido angostando debido a políticas restrictivas de empresas como YouTube y Facebook, la nueva censura tecnológica que desmonetiza contenidos que le parecen “no aptos” para sus anunciantes o a la toxicidad imparable en Twitter, infestada de granjas de cuentas ofensoras y, también, de individuos dedicados por genuina ideología o interés partidista a la deturpación.

De cara a la nueva realidad del país, será importante que los medios de comunicación, los convencionales, los alternativos y los de internet, sean capaces de ejercer con profesionalismo la misión de informar, dar contexto y, diferenciando la información de la opinión, aporten expresiones y criterios que ayuden a entender lo que va sucediendo en el país. Debe desterrarse la proclividad dañina de empresarios que en arreglo con los poderes políticos consiguen contratos y negocios usando a los medios como alfombra o espada, según les convenga. Desde el poder presidencial será importante que se frene la estigmatización del oficio de reportero, sobre todo si se ve que a los grandes empresarios (que entre sus activos tienen medios de comunicación) se les da trato preferente y ganancioso.

Balance mixto en tres años de gobierno: Témoris Grecko

Periodista independiente que ha cubierto guerras, revoluciones y alzamientos en diversos países y territorios. Autor de los libros: No se mata la verdad;Ayotzinapa, Mentira histórica: estado de impunidad, impunidad de Estado y La ola verde

Una prensa comprometida, lo cual de ninguna manera significa que sea sesgada o parcial. La honestidad profesional tiene que ir por delante, porque lo contrario es engañar a quien nos debemos en primer lugar: la sociedad.

Una prensa comprometida es aquella que escoge abordar los temas urgentes de la sociedad. La que no se distrae en la banalidad ni en los intereses privados cuando vivimos en una combinación de emergencias que crece cada año.

Temoris Grecko | Tomatazos
Témoris Grecko

Una que entiende que, en el marco ominoso del cambio climático, los flagelos se agudizan en la desigualdad, ensañándose siempre contra los más débiles. La que trata los asuntos que debemos conocer para mejorar la situación de aquéllos, que en un sistema de explotación generalizada, son mayoría.

El balance de tres años de gobierno es mixto porque, si es cierto que se dejó de usar el poder del gobierno federal para someter a la prensa en general, en los niveles estatal y municipal las cosas no mejoran y tal vez se han agravado, en la medida en que la esgrima verbal que sostiene el presidente cada mañana contra ciertos medios es replicada sin perspectiva democrática ni cortapisas por otras autoridades.

Lo más evidente, en todo caso, es que la violencia física mantiene la tendencia del sexenio de Enrique Peña Nieto, con asesinatos y otras agresiones. La impunidad en crímenes contra periodistas sigue prevaleciendo y la vulnerabilidad del gremio, a partir de la falta de responsabilidad de los medios hacia sus empleados y colaboradores, persiste intocada.

27 de diciembre de 2021