Rumorología contra AMLO y la 4T
Comunicación Política, Hemeroteca

Rumorología contra AMLO y la 4T

Ivonne Acuña Murillo*

Como era de esperarse, el cambio de régimen en el que se ha empeñado el actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a través de la cuarta Transformación (4T) ha generado y continuará produciendo múltiples resistencias.

La legitimidad que aportan 30 millones de votos y la popularidad del 60% como indican las encuestas, obligan a los opositores políticos de López Obrador y su 4T, a actuar de manera indirecta. En este escenario, el rumor, como forma de comunicación política, es la estrategia adoptada.

De acuerdo con Gordon Willard Allport y Leo Postman (en adelante A y P), en su estudio clásico Psicología del rumor, publicado en 1947, un rumor es “una proposición específica para ser creída, que pasa de persona a persona, por lo general oralmente, sin medios probatorios seguros para demostrarla”. (: 11).

Para A y P las condiciones básicas que permiten la propagación de un rumor son: “la importancia” y “la ambigüedad”. La falta de alguna de ellas haría imposible la difusión de un rumor. La primera implica la necesidad de que el rumor sea algo importante tanto para quien lo inicia como para quien lo propaga; la segunda, supone la posibilidad de que el rumor sea susceptible de sufrir diversas interpretaciones. Con lo anterior, se asegura que la gente, distribuida en un medio homogéneo (el mismo barrio, la misma clase social), esté dispuesta a compartir una información no confirmada y que, al mismo tiempo, sea capaz de agregar algo más a esta, de tal suerte que el rumor no sólo se propagará, sino que cambiará a lo largo del tiempo que dure en circulación.

De manera relevante, la teoría de A y P guarda una relación directa con un documento elaborado en la Secretaría de Gobernación, encabezada por Luis Echeverría Álvarez (LEA), de acuerdo con información recabada por el periodista Jacinto Rodríguez Munguía, la cual aparece en su artículo El manual del perfecto rumor se puso en marcha. Y funcionó, publicado por Emeequis, en enero de 2017.

Aunque Rodríguez Munguía no establece relación entre un texto y otro, es innegable que quien haya elaborado el manual de Gobernación se basó en los estudios hechos por A y P. En dicho Manual se define al rumor como: “Una voz que corre entre el público. Es una versión vaga, sorda y continuada”. Se mencionan las dos condiciones básicas que posibilitan la propagación de un rumor: la importancia y la ambigüedad y se habla de que “el rumor es lanzado y continúa su trayectoria preferentemente en un medio homogéneo”, como indicaron A y P.

La idea central del Manual de Gobernación es que los rumores provengan del mismo gobierno para responder y desarticular rumores surgidos fuera de la administración (de grupos empresariales, religiosos, delincuenciales) o para desmovilizar o movilizar a la población en momentos de crispación social (como en el caso de las protestas masivas por los gasolinazos en enero de 2017).

El Manual del Rumor y el sexenio de Echeverría, son relacionados por Soledad Loaeza, en el artículo titulado La política del rumor, Revista Foro Internacional, El Colegio de México, número de Noviembre-Diciembre de 1976. La autora menciona la teoría de A y P con relación a rumores que corrieron al final del sexenio de LEA. Ella afirma que “En términos generales, momentos de inestabilidad social tienden a generar un ambiente propicio a la circulación de rumores (…) El rumor presenta el doble carácter de ser un barómetro de la tensión social, al mismo tiempo que actúa como catalizador de determinadas situaciones de pánico o de rebelión, lo cual significa que tiene un contenido de riesgo bastante elevado (…) De hecho, la anécdota, el chisme y el rumor son fuente importante de la información política de que dispone el mexicano”.

En este sentido, se puede sostener que, la teoría de A y P ha sido aplicada por los diversos gobiernos priistas y algún panista, para controlar o provocar situaciones que pudieran derivar en desestabilización social; como “globos sonda” para conocer la opinión pública en torno a temas sensibles; como cortinas de humo para distraer a la población de temas delicados. Conviene recordar al “chupacabras” de Carlos Salinas de Gortari, o a los náufragos de Felipe Calderón Hinojosa.

Sin embargo, esta misma teoría puede ser aplicada a la inversa, desde abajo, no por el gobierno sino por grupos interesados en boicotear los esfuerzos gubernamentales por cambiar las cosas. Es el caso de los rumores que en los últimos meses se han corrido en torno a AMLO y la 4T.

Entre los rumores que buscan desestabilizar a la actual administración, destaca la supuesta intención de Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación, de renunciar al gabinete. En febrero, el periodista Raymundo Riva Palacio afirmó que en dos ocasiones la funcionaria presentó su renuncia, misma que no fue aceptada por el presidente de la República. Para reforzar la idea de que la secretaria no aguanta el ritmo de trabajo y su poca influencia dentro del gabinete, ante figuras como Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, el sitio Varguardia.mx, cabeceó, el mismo 18 de agosto “Olga Sánchez Cordero, acorralada en la 4T, podría renunciar”.

Ante la insistencia de diversos medios en torno a dicha renuncia meses después, el 18 de julio, Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados, le deseó suerte a Sánchez Cordero dando como un hecho su supuesta renuncia, misma que tuvo que negar minutos después, cuando la secretaria le llamó por teléfono para aclarar el punto. El mismo presidente de la República, en la conferencia de prensa del 24 de julio, negó los rumores de su posible salida.

Otros rumores que han corrido son: la desaparición de los refugios para mujeres, versión negada por el presidente de la República y la secretaria de Gobernación, en la Conferencia de Prensa del 4 de marzo. Un nuevo gasolinazo, negado el 10 de junio por el mismo López Obrador que afirmó “son rumores difundidos por los adversarios de mi Gobierno”.

La supuesta desaparición del nuevo IMSS-Bienestar, misma que fue negada por AMLO el 6 de julio, dejando claro que “nuestros adversarios inventan cosas y empiezan a correr rumores y a preocupar a la gente”. El desabasto de medicamentos, al respecto el presidente pidió a los mexicanos, el 7 de julio, ignorar lo que llamó “politiquería” pues sólo se trataba de rumores.

Como la renuncia de Sánchez Cordero, el rumor sobre la intención de AMLO de reelegirse cobró una dimensión mayor, al punto que el historiador Enrique Krauze llamó el 23 de julio, vía Twitter, a formar un “Frente Antireeleccionista”, encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a pesar de que el 19 de marzo el presidente firmó una carta compromiso de no reelección. Dos días después del llamado de Krauze, AMLO decidió firmar un acta notarial comprometiéndose a durar en el cargo sólo los seis años para los que fue electo.

Para no variar, también ha comenzado a hablarse de un golpe de Estado en México, de acuerdo con información de Nación321, del 26 de julio. Durante las últimas semanas se ha especulado sobre la posibilidad de que la ultraderecha mexicana esté planeando un “golpe de estado blando” contra el presidente López Obrador, por medio de alguna “farsa judicial”, como se hizo con Lula da Silva, expresidente de Brasil. En la conferencia mañanera del mismo día AMLO desmintió el la versión.

Siguiendo la teoría antes expuesta, los rumores aquí comentados cumplen con las condiciones básicas reconocidas por A y P, importancia y ambigüedad, son creíbles, aunque poco probables, pero no imposibles y son propagados en un medio homogéneo.

Tienen además otros componentes como la intención de generar desestabilización social, aprovechando que todo cambio genera ansiedad y dudas. Buscan boicotear al nuevo gobierno, desestabilizar al gabinete, manchar la imagen del actual presidente, hacer pasar como verdadera información falsa, conectando directamente con lo que hoy se conoce como fake news o noticias falsas cuyo contenido seudoperiodístico, difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales, tiene el objetivo de desinformar, y la clara intención de obstaculizar a AMLO y la 4T.

La pertinencia de utilizar rumores tiene que ver con la naturaleza de dichas comunicaciones, pues son más fáciles de propagar, entender y compartir que un sesudo análisis político. Igualmente, los rumores son un instrumento idóneo de aplicar en una población que regularmente no se informa y cuando lo hace no consume información verificada.

Por otro lado, los rumores se relacionan con una opinión previa en torno a algo o alguien y con la intención de creer lo “que se dice o escucha”. Esto se traduce en que las personas más propensas a creerlos y difundirlos son aquellas que previamente no estaban de acuerdo con AMLO y la 4T.

Finalmente, siguiendo a Loaeza se puede afirmar que estos rumores buscan actuar como catalizadores de situaciones de pánico o de rebelión en contra del actual presidente y la 4T.

*Catedrática de la Universidad Iberoamericana, Campus Ciudad de México

23 de diciembre de 2022