Las conclusiones de la Fiscalía General de la Ciudad de México acerca de los incidentes ocurridos en estaciones del Metro durante enero, confirmaron las sospechas de que los numerosos accidentes no eran casualidades, ni resultado de la falta de mantenimiento como acusa el cacique sindical Fernando Espino, sino acciones planeadas y premeditadas con fines político-electorales: golpear la imagen de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, quien encabeza las preferencias electorales rumbo a la Presidencia de la República en 2024.
La Fiscalía encontró un “ataque sistemático” al Sistema de Transporte Colectivo Metro como el corte y quema deliberada de cables; manipulación de enganche de los vagones y daños al mecanismo de cambio de vías de trenes con la intención de ocasionar accidentes, uno de los cuales provocó la muerte de una joven el 7 de enero y más de cien pasajeros heridos. Por todo ello, la Fiscalía abrió siete carpetas de investigación y sometió a proceso al conductor del convoy a quien acusa de homicidio y lesiones culposas. Aquel cúmulo de daños dolosos llevó a la Fiscalía a presumir sabotaje.
Al menos se cometieron ocho ilícitos en tan sólo 20 días, del 7 al 27 de enero (el mismo día del informe de la Fiscalía), nunca había ocurrido una situación semejante, que ya no cae en la especulación, sino en la necesidad de encontrar a los responsables materiales e intelectuales.
Si aquellos incidentes fueron provocados, ¿a quién le conviene golpear la imagen de Sheinbaum para bajar su aceptación en las encuestas?, ¿quiénes los cometieron y quién pagó para que se realizaran?, ¿quién conoce los puntos vulnerables de las instalaciones del Metro?, ¿quién permitió el acceso a los andenes del Sistema?
El miércoles 26, la Contraloría General de la Ciudad de México localizó 13 paquetes de propaganda en contra de Sheinbaum, en una oficina de la alcaldía Cuauhtémoc, donde se acusa a la mandataria por los accidentes en el Sistema de Transporte. Es decir que mientras se cometían los actos de sabotaje en las estaciones del Metro, personal de Sandra Cuevas repartía volantes en varias alcaldías, donde se le responsabilizaba de los accidentes que en esos días estaban ocurriendo.
Entonces, es posible preguntarse si la alcaldesa panista-perredista está involucrada en los sabotajes a las estaciones del Metro, puesto que admitió que la propaganda sí existía y la Contraloría comprobó físicamente su existencia, a lo que se suman las amenazas en contra de la jefa de Gobierno.
Sandra Cuevas se ha convertido en el dolor de cabeza de la oposición política conservadora. Acusada de secuestro de policías; difamación y prepotencia, lo que produce una creciente animadversión entre la ciudadanía de la Cuauhtémoc y en el resto de la capital del país. Odio, violencia y sabotaje, ¿eso ofrecen el PAN, PRD y PRI a los electores de la Ciudad de México?
