Un año más en la vida de El Universal. Entre virtudes… ¿y defectos?
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Un año más en la vida de El Universal. Entre virtudes… ¿y defectos?

Tanius Karam

El 1 de octubre se cumple un aniversario más del autodenominado “gran diario independiente de México”. Reflexionar sobre la historia, trayectoria y oscilaciones editoriales del celebérrimo periódico mexicano El Universal, es una oportunidad para repensar lo que han sido las relaciones prensa-gobierno-sociedad en estos más de 100 años del diario, lo que la prensa ha cambiado o no, y algunos de sus retos en los próximos años.

Como es sabido, el diario apareció en la parte final de la Revolución Mexicana (1910-1917), cuando los diferentes grupos revolucionarios seguían luchando; fue en principio resultado del victorioso grupo del presidente interino Venustiano Carranza, quien convocó a elecciones para diputados a un Congreso Constituyente. El fundador de este periódico fue uno de los miembros de dicho Congreso Constituyente de 1917; así, inicialmente se dedicó a estudiar los principios de la Constitución.

Dentro de la prensa industrial o de masas —que por la Revolución su desarrollo en México se atrasó unas décadas con relación a otros países—, El Universal desarrolló un sistema de distribución muy ágil, en 1925 ya se enviaba por aeroplano y sus páginas daban cuenta de los grandes hechos. Por ello en su historia puede jactarse de que en sus páginas escribieron algunas de las mejores plumas y personajes de la cultura mexicana en la primera mitad del siglo XX, como Carlos Chávez, Mauricio Magdaleno, Antonio Caso, Vicente Lombardo Toledano; igualmente por sus salas de redacción desfilaron reporteros, redactores y columnistas importantes: el ideólogo porfirista Francisco Bulnes; el revolucionario Luis Cabrera; el autor de la novela Santa, Federico Gamboa; José Vasconcelos, creador del Ministerio de Educación. También escribieron Alfonso García Robles (premio Nobel de la Paz), e incluso hasta León Trotski llegó a publicar algunos textos.

En todo caso, el diario siempre se adaptó a las necesidades del régimen priista desde los años veinte hasta los sesenta; en esta década el periódico prosiguió su tendencia completamente gobiernista, aunque seguía siendo un espacio importante para conocer hechos mundiales. En octubre de 1969 asumió la presidencia Juan Francisco Ealy Ortiz, con el objetivo de modernizar el periódico y reafirmar su sentido de independencia; se buscaba ya en los setenta que diferentes ideas aparecieran en el diario, como fueron las colaboraciones de Heberto Castillo a partir de 1972 y de Rosario Ibarra de Piedra en 1983. En las elecciones de 1988 el periódico abrió sus páginas a distintas posturas; en oposición a lo anterior, dentro del sexenio salinista El Universal mostró tintes marcadamente presidencialistas y progubernamentales. En los noventa, ya en el periodo de Ernesto Zedillo, asumió una postura distinta del exmandatario: por ejemplo, el 3 de mayo 1995, El Universal publicó a ocho columnas: “Carlos Salinas, autor intelectual del caso Colosio”. La información provenía de una encuesta en la que, para el 46 por ciento de los entrevistados (926 personas), el expresidente era el responsable del asesinato del candidato presidencial priista ultimado en marzo de 1994.

El diario se ha caracterizado por altibajos e inconsistencias en sus orientaciones: periodos de apertura, se encuentran seguidos por etapas de marcado apoyo a posturas gubernamentales. Para mediados de los ochenta, los dueños de El Universal tenían participaciones en empresas y organismos del sector privado, lo que explica la tendencia conservadora del periódico, pese a la intervención financiera del Estado, ocurrida a raíz de los conflictos legales en los que estaba envuelto el diario.

En los noventa, El Universal comenzó a publicar agresiones contra periodistas y las acciones cometidas contra el presidente de la Asociación de Periodistas de Sinaloa, Jesús Fuente, así como las amenazas de muerte contra distintos periodistas por parte de agentes judiciales del Estado de México en abril de 1990. El periodo zedillista (1994-2000) representa una etapa inusitadamente de críticas abiertas del diario, así como de nueva apertura con la incorporación de voces como la del columnista Carlos Ramírez —relación que no duraría mucho tiempo, por discrepancias, y Ramírez renunció en julio de 2001—, el escritor Carlos Monsiváis o defensores de derechos humanos como David Fernández, especialistas en comunicación como Florence Toussaint, Javier Esteinou, o de manera más reciente con especialistas en nuevas tecnologías como Octavio Islas.

El 12 de septiembre de 1996, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público presentó una denuncia por defraudación fiscal ante la Procuraduría General de la República, por 41 millones de pesos, contra el director del periódico Juan Francisco Ealy Ortiz, quien en sus declaraciones de impuestos en 1994 y 1995 consignó datos falsos y declaró ingresos menores a los reales. Por ello, en las afueras de las instalaciones del edificio se dio un gran despliegue con varias decenas de agentes judiciales con el fin de aprehenderlo, sin éxito. No obstante, al día siguiente Ealy Ortiz se presentó ante las autoridades y después de una extensa declaratoria depositó una fianza. Ello desencadenó una gran polémica: El Universal considerado de “terrorismo fiscal”; sus columnistas y editorialistas estimaron que no era sino la culminación de una campaña de hostigamiento contra los editores del periódico.

La Sociedad Interamericana de Prensa y el Comité de Protección a Periodistas protestaron por el uso excesivo de la fuerza. La irregularidad fiscal no era una invención; la administración del diario lo reconoció implícitamente a mediados de agosto, cuando propuso llegar a un acuerdo —que no se formalizó— luego de saber que se había iniciado una auditoría a su empresa desde junio anterior. La Secretaría de Hacienda asentó que se perseguía a Francisco Ealy, no como periodista, sino en su carácter de empresario. Este contexto explica la extraña vocación crítica de ese sexenio, además de que durante esos años la correlación de fuerzas había cambiado significativamente.

El Universal modificó su línea editorial para entrar de lleno a la competencia periodística con un perfil más “crítico” que comenzaba a ser más rentable en medio del debilitamiento de la institución presidencial, el cuestionamiento al régimen de partidos y la emergencia de nuestros problemas estructurales, como el de la inseguridad. No sería sino hasta iniciar 1996 que incorporó plumas editoriales y reporteros más críticos al gobierno. El director del diario argumentó que el verdadero motivo de los ataques gubernamentales (con el matiz fiscal) era la apertura de sus páginas a nuevas corrientes ideológicas de pensamiento, a personajes polémicos del momento; otros analistas coincidieron que la contratación de nuevas firmas obedeció a una estrategia de último recurso para persuadir al gobierno que frenara las revisiones fiscales.

En esa época, a propósito de un trabajo de investigación que realizábamos sobre el discurso de los derechos humanos en la prensa (Cf. Derechos Humanos y Comunicación en México… 2003, Madrid, UCM) de los casos Aguas Blancas 1995 y Acteal 1997, pudimos comprobar, al menos en las decenas de textos analizados, la “dispersión” estructural y temática: tratamiento lingüístico-textual irregular, discrepancia entre los encabezamientos y la información del texto. En muchas notas observamos cierta opacidad o falta de claridad entre lo que decía el encabezamiento y el texto cuando no descuido o notas muy extensas que estaban incompletas. En general, vimos ausencia de un foco, “punto de vista” o tendencia unitaria en la caracterización de los actores del relato, las fuentes citadas y la actitud enunciativa del diario. Su inclinación hacia al agredido o al agresor tampoco era clara.

Al observar de manera rápida la historia de El Universal, vemos un claro pragmatismo oscilante desde el conservadurismo hasta el ejercicio de cierta crítica coyuntural y específica que no refleja compromiso con los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Por su naturaleza, la prensa es sí una empresa sujeta a las leyes del mercado, con lo que ello supone, pero también una “industria cultural” en estrecha relación con los cambios sociales y políticos; debido a los cambios acelerados particularmente a partir de la última década del siglo pasado, el diario se vio obligado a hacer cambios y ajustes.

El Universal supo ser funcional, generar productos de alta rentabilidad, como lo era hasta hace unos años su famoso Aviso Oportuno, publicado todos los lunes y que representó la mayor y diferenciada oferta laboral de toda la prensa en la Ciudad de México (en un mundo anterior al boom del internet), lo que fue uno de los principales desaguaderos financieros para el diario; también cuentan entre sus publicaciones El Universal Gráfico, así como los medios digitales centrados en espectáculos de10.com.mx, para las comunidades hispanas en Estados Unidos. ViveUSA.mx, de información metropolitana de la capital Un1on CDMX, el medio cultural Confabulario y el portal Descuentos, lo que refleja un espectro amplio.

La prensa en el siglo XXI

El Universal es parte del proceso de industrialización de la prensa que por la Revolución llegó tarde y se dio con lentitud ya entrada la tercera década del siglo XX, cuando por ejemplo en Europa y Estados Unidos ya había el desarrollo de una prensa industrial dirigida a los grandes públicos. Tampoco se le puede conceder a El Universal vínculo alguno con la tradición libertad del siglo XIX —acaso del verdadero siglo de oro en la historia de la prensa mexicana. En todo caso la prensa de masas facilitó la alfabetización posrevolucionaria en un país donde entonces la mayoría no sabía leer; junto con otros procesos facilitó una idea de nación en un país del que difícilmente podía afirmarse culturalmente un cierto sentido de unidad y que luego de la prensa, el cine sobre todo facilitó para que por primera vez habitantes del noroeste y del sureste pudieran reconocer que tenían algo en común.

En el año 2000, El Universal, junto con otros medios, se congratuló del triunfo de Vicente Fox. Seis años después, en su trabajo sobre el discurso de la prensa durante el proceso electoral de 2006, Rosa María Valles confirma la unidad editorial del medio en torno a la legalidad y legitimación del mismo; en su tendencia, El Universal reconoció que la contienda fue intensa, pero los resultados válidos y legales.

En los dos sexenios del PAN la mayor parte de los diarios enfrentó serios problemas económicos, entre otras causas por el proceso de globalización y libre mercado que elevó los costos de edición y los insumos; también el retiro paulatino de los recursos que los gobiernos destinaban a la prensa, la incapacidad de las empresas para adaptarse a esos cambios, las nuevas correlaciones de fuerzas políticas impidieron a algunos periódicos mantener el sistema de alianzas o complicidad que sostenían; la modificación de hábitos de lectura, la contracción en la inversión publicitaria gubernamental y privada, la reestructuración del mercado de lectores (mayor segmentación en las audiencias), como parte de un largo etcétera, hacía decir en 2004 a Ernesto Villanueva que de los 150 diarios que entonces circulaban en México, casi un centenar estuvieron en riesgo de desaparecer.

En realidad, durante los dos sexenios panistas y el de Enrique Peña Nieto el diario no tuvo conflictos muy serios o importantes que lo amenazaran. En el periodo de Felipe Calderón reprodujo los vicios informativos durante la “guerra contra el narcotráfico” y fue cofirmante del polémico acuerdo para autorregular la información en torno a ese hecho. Al llegar el sexenio del actual presidente vuelve a darse una tensión con el mandatario, encono directo dentro del estilo de Andrés Manuel López Obrador pero que facilita para que un periódico que no ha tenido una tradición crítica ni progresista se atribuya con cualidades que no han sido constantes en su historia como medio. El diario se ha asumido desde 2018 un reproductor principal de una perspectiva anti4T, a lo que tanto el medio como el titular del Ejecutivo salen a la palestra a defender sus posturas.

En todo caso, El Universal ha logrado sobrevivir, pero no sólo eso sino mantenerse comercialmente. Lo que a un nivel puede ser acusado de ausencia ideológica, en el otro refleja un claro ejemplo de mecanismos para sobrevivir en primer lugar mediante los ajustes al pragmatismo (a veces a favor, a veces en contra del régimen en turno, de acuerdo corresponda) y con prioridad a los lineamientos del mercado para mantener su estabilidad económica. A la fecha su situación dista de ser la peor de la prensa: según la consultora Ipsos EGM, el diario tira 180 mil ejemplares y tiene 280 mil lectores, lo que le daría un liderazgo aun dentro de la industria convencional en un país donde sabemos que la prensa casi nunca ha sido leída por las grandes masas o públicos.

En cuanto a sus formatos, aparte del conocido “formato sábana” impreso cuenta con suplementos semanales, mensuales y especiales, así como una versión sensacionalista (El Gráfico) que tira 300 mil ejemplares y cuenta con 700 mil lectores. Respecto de su página web, ésta se creó el 7 de marzo de 2001, cuando nació www.eluniversal.com.mx, que en 2007 se preciaba de contar con 3.2 millones de usuarios únicos. Hoy día la página web cuenta con 18 millones de usuarios promedio por mes, y en Twitter tiene 4 millones de seguidores.

El Universal es un ejemplo de un periódico que ha sabido mantenerse. Fátima Fernández, en su clásico de los ochenta Los medios de difusión masiva en México, nos da cuenta de las inyecciones de capital de las que fue objeto. De los grandes diarios, sin duda ha sido el que sobrevive más sólidamente, lo que es posible gracias a una combinación de factores, entre ellos quizás esa acomodaticia perspectiva ideológica que desde algún punto de vista puede ser considerada como un defecto, pero desde el comercial, quizás una cualidad. Aplica tal vez el verso de Ramón de Campoamor repetido hasta el hartazgo: “[…] todo es según el color del cristal con que se mira”.

*Académico de la Universidad Anáhuac

@taniuskaram

29 de diciembre de 2021